Desde el año pasado, el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China planea construir más granjas ecológicas para avanzar en la modernización y el desarrollo verde en el sector agrícola. China tiene como objetivo construir 10.000 granjas ecológicas nacionales para 2025. Serán entidades de producción y operación agrícola que, según dicen en un comunicado, apuntan a la máxima producción sostenible, son amigables con el medio ambiente, garantizan la seguridad alimentaria y buscan conservar la biodiversidad y los recursos naturales.
El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China también espera impulsar entidades de mercado modernas y eficientes, promover patrones técnicos específicos y explorar y establecer políticas de apoyo relacionadas con la agricultura ecológica. La medida busca aumentar la oferta de productos agrícolas ecológicos y de calidad, y al mismo tiempo impulsar la calidad, la eficiencia y la competitividad del sector agrícola. De acuerdo con un plan quinquenal sobre agricultura publicado recientemente, China habrá logrado un progreso significativo en la industria agrícola para 2025, aumentando la capacidad de proporcionar productos agrícolas clave y logrando una producción respetuosa del medio ambiente. Es notorio que China sabe de la demanda de productos ecológicos en muchos mercados del planeta. Y quiere acceder a esos mercados ofertando precios asequibles y muy competitivos.
LA ÚNICA SALIDA
La producción de cereales y la seguridad alimentaria es el tema del estudio al que se dedica Jiang Gaoming, investigador del Instituto Botánico de la Academia de Ciencias de China. Gaoming ha creado en persona una granja agrícola orgánica en la aldea de Jiangjiazhuang, en el distrito de Pingyi, su pueblo natal en Shandong, con el fin de hacer experimentos prácticos. Él ha asegurado a los medios: “En 2007 empezamos a establecer la granja agrícola ecológica en Pingyi, Shandong, y en sólo tres años hemos logrado buenos resultados. Las pajas se cosechan para criar las vacas, cuyo estiércol se aprovecha como abono orgánico; las plagas de insectos las erradicamos con lámparas matapollillas; y las malas hierbas se destinan a la alimentación de peces y pollos. El no uso de fertilizantes químicos y la vuelta al campo de una gran cantidad de abonos orgánicos contribuyen a la recuperación gradual de la fertilidad del suelo. Restando el pago a los cinco campesinos contratados (50.000 yuanes al año), el dinero que ganan con estas 2,67 hectáreas de tierra cultivada es dos veces el de la misma superficie arada de modo ordinario. La iniciativa de los campesinos necesita la motivación del mercado. Hay que dejar que los agricultores obtengan beneficios por labrar la tierra. La agricultura ecológica es la única salida”.
EL PELIGRO CHINO
China está en los espacios de cabeza del ránking internacional de consumo de productos ecológicos del mundo. También es uno de los países con mayor superficie certificada de producción ecológica y es y debería ser un objetivo para la exportación española de alimentos y bebidas “bio”. El sistema de certificación ecológica en China tiene diferencias sustanciales respecto de la europea, que es imprescindible conocer para poder obtener este reconocimiento en el mentado mercado oriental. A su vez, China también quiere vender sus productos ecológicos a la vieja Europa. La guerra china no es en base a tanques, sino a precios asequibles. Antonio Cerrillo escribía recientemente en “La Vanguardia”: “La competitividad china ha quedado demostrada ya. Los productos que llegan tienen precios bastante económicos, pero, en general, la mayoría de las veces se corresponden (y se justifican) porque son cultivos que no se dan en España. ‘Sin embargo, algunas legumbres en ecológico, como garbanzos y lentejas (de las que España es un gran productor), se importan de China porque resultan más económicas”, explica Daniel Valls, presidente del Consell Català de Producció Agrària Ecològica (CCPAE). Es la demostración de que ‘esta situación afecta a la competencia; aquí no se puede producir a esos precios tan bajos’”. Por eso la competencia china es inminente ya en el sector productivo ecológico. Ahora bien… Unos garbanzos orgánicos chinos… ¿pueden ser realmente ecológicos… si tenemos en cuenta todo el despilfarro ambiental que significa importar alimentos desde un país tan lejano? Creo que todos sabemos la respuesta. Tampoco es muy ecológico enviar productos nacionales al Lejano Oriente… aunque, quizás, pueda resultar un buen negocio, sobre todo si se trata de un producto con un alto valor añadido, que no se puede encontrar allí.
Antonio Sánchez