Pedro Burruezo, además de ser compañero nuestro en “El Ecomensajero Digital”, también es director del grupo Burruezo & Nur Camerata. Ahora, acaba de publicar un disco insólito: “La reina de Siurana”. Solo se puede adquirir en formato físico en la web del artista: www.burruezo.org. Y, a partir del 18 de noviembre, también estará en las plataformas digitales a través de Satélite K.
El disco es un Ep de 4 canciones publicado en una especie de funda como si fuera un antiguo vinilo/single. Contiene un folleto explicativo que aclara el origen de cada canción y explicita los créditos. Está cantado prácticamente todo en catalán y algunas cosas, en árabe. Burruezo ha cantado y tocado mondol, bouzouki, percusiones, palmas, guitarra y bajo. Del qanún y otras percusiones se ha encargado Robert Santamaría, que comparte, con Burruezo, las tareas de producción. Berna Jones se ha encargado del violín. Jordi Ortega, del chelo. Y de las demás percusiones, Jordi Rallo. Las canciones son: “La reina de Siurana”, “Melangia d’amor”, “Els banys àrabs d’Ascó” y “Rasha de Tortosa”. Burruezo ha musicado a Abu Backer de Tortosa, Ibn Sahl de Menorca… Y ha hecho canciones a partir de leyendas y encuentros arqueológicos, como es el caso de la leyenda del salto al precipicio/suicidio de la reina de mora de Siurana (último enclave andalusí en lo que hoy es Catalunya) o del hammam medieval de Ascó. En el apartado musical, Burruezo y los suyos interpretan músicas medievales andalusíes y gharnatis aderezadas con arreglos contemporáneos y nuevas melodías burruezianas y actuales. Es un disco hermoso, sencillo y perfumado al mismo tiempo. La música de Burruezo nunca ha sido ni espectacular ni extraordinariamente compleja. Es para amplias minorías… Este disco es el germen del espectáculo “al-Andalus.cat”, que se estrenará el 10 de diciembre en la Església de S’Agaró con el apoyo de la Associació Culturejant de Platja/Castell d’Aro. La publicación del disco ha contado con el apoyo del Dep. de Cultura de la Generalitat de Catalunya.
-¿Por qué has hecho este disco y por qué has cantado íntegramente, por vez primera, en catalán?
-Por un lado, por reivindicación. Es un hecho objetivo que, cuando la gente piensa en al-Andalus, a la mayoría de las personas siempre les viene a la cabeza el territorio de lo que hoy es Andalucía. Como máximo, Murcia, Toledo… Se olvida a menudo que prácticamente toda la península fue andalusí. Y se olvida, también, que al-Andalus tuvo una fuerte presencia en lo que hoy son tierras de habla catalana, como Catalunya, Comunitat Valenciana i Ses Illes. Para reivindicar este pasado andalusí en estas zonas lo mejor era hacerlo en catalán, sin ninguna duda.
EL OLVIDO
-¿A qué responde el olvido de esa parte de nuestra historia?
-Durante mucho tiempo se habló de una conquista árabe-musulmán. Esto no fue así. Los historiadores más comprometidos con la verdad señalan que fue un proceso de islamización de la población autóctona debida a diversos factores. En cualquier caso, no gusta a las autoridades, ya sean españolas y/o autonómicas, reconocer ese periodo de luz y ciencia, de música y espiritualidad profunda, que significó al-Andalus (un periodo protagonizado por musulmanes). Hoy, sin embargo, cada vez más personas, de uno y otro lado, de diversas disciplinas artísticas , o desde la historia o incluso desde la gastronomía y/o la agricultura, reivindican ese pasado como una enseñanza muy a tener en cuenta para los tiempos convulsos que se avecinan. Y, en el marco del crecimiento imparable de las derechas, conviene recordar quiénes somos y de dónde venimos.
-También es un disco que, aunque no podríamos decir que es un disco “sufí”, sí destila una cierta espiritualidad…
-Sí. Exacto. No es un disco de música sufí. Es una grabación de músicas medievales que, en cierta forma, han sido decontruidas para presentarlas como un discurso del siglo XXI. Y, en ese aspecto, pues bebo de fuentes antiguas (músicas andalusíes, gharnatis, sufíes)… para construir un discurso y un mensaje que no pertenecen al pasado, a los museos, sino al presente y al futuro. Y tengo muy claro que el futuro será espiritual o no será. al-Andalus aporta un buen número de las soluciones que el mundo actual, que camina desesperadamente hacia el despeñadero (como la reina de Siurana), necesita para salir del atolladero.
EL PÚBLICO
-La gente que acude a tus conciertos siempre sale transformada. No dejas indiferente a nadie. ¿Por qué?
-Bueno… Yo creo que lo que yo canto no es una música, como el 99% en la actualidad, que es música para el entretenimiento… Sino algo más profundo. Hago música para los corazones. Todo lo que hago está vinculado a la tradición perenne, a la sabiduría primordial y a una concepción sagrada de la vida y de la existencia, una visión que ha sido extirpada de la cultura europea desde hace dos o tres siglos (con pocas excepciones). Y, además, me gusta hacerlo sin olor a inciensos y sin proselitismos, pero desde el rigor y el conocimiento. Y con una energía no “new age”, sino profundamente espiritual, que también tiene la fuerza del rock y de la música popular, porque somos hijos de nuestra era. Evidentemente, en el impacto que tienen estas piezas en el público tiene mucho que ver, como no podía ser de otra manera, la maestría de todos/as y cada uno de los músicos que me acompañan.
-Hay gente que se pregunta cómo es posible que lleves tantos años con esa actividad tan frenética…
-Los músicos que me acompañan y un servidor somos capaces de desarrollar nuestra creatividad en diferentes ámbitos paralelos, pero diferentes. Por ejemplo, actuamos en festivales más o menos convencionales. Y publicamos nuestros discos de forma más o menos tradicional. Pero actuamos también en congresos de interculturalidad, de medio ambiente… Y también hacemos obras para circuitos teatrales y poéticos (“Un sufi del S. XXI”, “Amb ulls de dona” -con Marta Millà-), bandas sonoras, etc. También nos llaman mucho para fiestas privadas, bodas, que es algo que me encanta. Son fiestas y bodas siempre singulares. Nuestro camino no es un camino habitual. De hecho, estamos construyendo caminos nuevos. Y, siempre, la espiritualidad más profunda e irredenta es la luz que me guía.
EL MUNDO SE DESMORONA
-¿Qué esperas de este disco?
-Nada en especial. Sigo funcionando porque hay un público detrás y unos promotores que me llaman y que desean que siga en activo tras 40 años en la carretera. No espero nada a nivel profesional. Pero, como creador, como persona, veo que el mundo se desmorona. La sociedad que habíamos conocido pronto dejará de existir y mis hijos/as y nietos/as vivirán en una distopía continua. La modernidad ha creado un mundo en el que todo es posible, todo menos la paz, la contemplación, lo natural y lo genuino. Todo es de plástico. La pandemia de plástico que nos asola también es plástico mental y emocional. Por todo ello, el mundo será cada día más feo y distópico. Y va a ser necesario crear mucha belleza. Por un lado, para compensar la fealdad. Y, por otro, para aportar paz y sosiego a los corazones, cada vez más entumecidos.
-¿Y qué tiene todo eso que ver con la defensa de la Naturaleza, que es tu otro universo de acción desde hace treinta años?
-No se puede entender una cosa sin la otra. La espiritualidad profunda conduce tarde o temprano a la armonía con la Naturaleza. Y la observación de la Naturaleza guía al alma al amor de lo divino. El ser humano moderno vive en la dualidad y en la separación. Y de aquellos barros estos lodos. Desde el divorcio de lo humano con lo sagrado… arrastramos males cada vez mayores y cada vez más apocalípticos. Los transgénicos, la contaminación química, el calentamiento global, el descenso abismal de la biodiversidad, la polución nuclear, la invasión del plástico, el abandono de ancianos en residencias, la dictadura alopática de la industria médica y/o otras distopías de nuestra era forman parte de un kit único. Todo está relacionado. Yo procuro vivir, en lo artístico y en lo humano, que son una misma cosa, lo más apartadamente posible de la asunción de ideas del mundo moderno… como algo propio. Esas ideas… las padezco y las sufro. Algunas, simplemente, las tolero. Pero no las asumo como mías. Y esto creo que es lo que le puede pasar a la ciudadanía y, de hecho, es lo que está pasando. Que algunas de las mentiras más pestilentes sobre las que se cimenta la modernidad… han sido asumidas como propias por una enorme parte de la población, letrada, sí, pero espiritual y emocionalmente analfabeta. La tecnologización de la sociedad emporará las cosas. Con todo lo que ello acarrea. Una sociedad atomizada, cada vez más adicciones, depresiones, suicidios… Y luego vienen los de la “new age” y aportan más confusión todavía. El transhumano está naciendo. Pero una minoría cada vez más rebelde está llamando a la luz mientras la sociedad se va sumergiendo, poco a poco, en la oscuridad más asfixiante…
Javier Bolufer
* 9 de noviembre. Castillo de Castelldefels. Congreso privado
* 11 de noviembre. Festival Florirege Culturel. Rabat (Marruecos)
* 19 de noviembre. Casa Irla. Sant Feliu de Guíxols. Pase del documental “Sufisme BCN. Música, ecologia, espiritualitat. Con sus dos autores: Francesc Esteva y Pedro Burruezo.
*10 de diciembre. Església de S’Agaró. 19:30h. Con el apoyo de la Assoc. Culturejant.
*15 de diciembre. Palau Macaya de Barcelona. Congreso privado.