Reproducimos tres reacciones de lectores de “El Ecomensajero Digital” a colación de los diversos artículos publicados en las últimas semanas en los que se analiza, por un lado, el desplazamiento del consumo del sector ecológico hacia las grandes superficies; y, por otro lado, el estancamiento del consumo del sector en general: lo que ha venido a denominarse “consumo de austeridad”.
En las últimas semanas, se han publicado en “El Ecomensajero Digital” diversos artículos y reportajes que han analizado de qué forma el consumo de alimentos y otros productos ecológicos se está desplazando desde las tiendas pequeñas de toda la vida hacia las grandes superficies. Los diferentes articulistas y periodistas han esgrimido sus puntos de vista tras analizar la situación y preguntar a los protagonistas del asunto. Resumiendo mucho, podríamos decir que en esos artículos se afirmaba que el consumo, efectivamente, está migrando hacia las grandes superficies y súpers especializados, que cada vez tienen más cuota de mercado. Por otro lado, se constataba el estancamiento de las venta en el retail más tradicional, el que, hasta hace poco, ha tirado del carro del mundo “bio”. Ahora, vamos a escuchar la voz de los consumidores.
A.B.P.YOMISMA
A.B.P.yomisma nos dice: “Soy consumidora de productos ecológicos en la medida que puedo y encuentro. Siempre me ha parecido muy interesante todo lo que proponéis, y, en este caso, leyendo uno de vuestros artículos, percibo que no se valora positivamente el hecho de que cada vez haya más productos ‘bio’ en las grandes superficies. Mi opinión particular es que la mayoría de la gente tiende a comprar en estos lugares por su gran variedad en la oferta y por comodidad. Pienso que lo ideal sería poder comprar en las tiendas de tu barrio, pero el ritmo de vida que llevamos lo complica todo. En base a esto, quizás no es tan negativo que las grandes superficies incorporen cada vez más productos ecológicos en sus estanterías y de este modo acostumbrarnos a que la tendencia sea aumentar el consumo de estos productos entre la población, pues creo que ayudaría en la competencia de precios y a su accesibilidad. Muchos, aunque quieran, no pueden pagar los precios de las pequeñas tiendas especializadas. A los que apostamos por la sostenibilidad nos gustaría que todo el proceso fuese más rápido, pero entendemos que para conseguir cualquier cambio positivo hay que facilitar las cosas a la gente, aparte de informar y publicitar de los beneficios desde pequeños. Un saludo”.
A.B.P.yomisma se refiere a que, en algunos de los artículos citados, los/as periodistas han salido en defensa de las pequeñas tiendas especializadas en detrimento de las grandes superficies, que están en manos de grandes inversores y que tratan al producto “bio” en las mismas condiciones que a la Coca-Cola o cualquier otro producto de masas. Pero entendemos muy bien a A.B.P.yomisma y la felicitamos por la sinceridad de su escrito. Es obvio que, tal como están las cosas, las ofertas de las grandes superficies pueden facilitar a los consumidores llegar a algunos alimentos ecológicos. En este sentido, las pequeñas tiendas especializadas tienen una fuerte competencia y, posiblemente, tendrán que agruparse en grupos de compra para poder acceder también a esos descuentos que sean capaces de llamar la atención de un consumidor que, pese a su fidelidad, la alta inflación y la falta de perspectivas económicas le está haciendo revisar muchos de sus hábitos de consumo.
BIOHASTAELFINAL
Desde Valencia, BioHastaElFinal nos dice que: “He estado reflexionando mucho sobre lo que está ocurriendo en el sector ecológico. Aunque soy consumidor de productos ecológicos desde hace dos décadas, cada vez me cuesta más poder tener el mismo ritmo de consumo que he estado teniendo en los últimos años. Mi sueldo no da para más. Procuro alimentarme con alimentos ecológicos pero ahora mi mujer se ha quedado en paro y, en fin, no es tan fácil llegar a fin de mes… Por coherencia, siempre he adquirido mis alimentos ecológicos en las tiendas especializadas. Ahora esto está cambiando. He pasado a comprar, algunas veces, en grandes superficies… buscando esa rebaja, oferta o promoción que me permitiera seguir consumiendo ‘bio’, aunque quizás no con tanta calidad. Ahora mismo, no sé cuánto podré resistir así. Es posible que, en breve, tenga que empezar a comprar alimentos que no son ecológicos, cuando mi bolsillo ya esté completamente seco. Nos mantendremos fieles hasta el final, pero también tengo claro que no sólo de ‘bio’ vive el hombre. Hay otras cosas en la vida que tampoco podemos descuidar”.
CONSUMODIRECTO
Desde Barcelona, ConsumoDirecto nos ha escrito para decirnos lo siguiente: “Queridos amigos de ‘El Ecomensajero Digital’. Sigo vuestro boletín cada semana. Algunos artículos me resultan muy pedagógicos. En relación a los movimientos que se están dando en el sector ecológico, yo tengo que decir que soy una consumidora fiel, pero no fanática. Prefiero comprar en los comercios ecológicos de proximidad, pero no lo hago siempre (por diferentes razones). Prefiero comprar alimentos ecológicos pero, cuando la renta no da para más, busco alimentos de KM0, sin plásticos, artesanos… Es decir, que yo intento buscar el consumo más sostenible y decoroso. Y, cuando no es posible, por lo que sea, por accesibilidad o presupuesto, sigo teniendo en cuenta la sostenibilidad como primera razón de compra. Tengo muy claro cuál es el tipo de consumo ideal. Pero en la vida no todo es blanco o negro. Hay gamas medias. Lo que tengo muy claro, también, es que, si alguna vez no compro ecológico y en tiendas especializadas, tampoco es que sea una traidora. Simplemente, es lo que hay. No creo que comprar de vez en cuando ecológico en alguna gran superficie sea algo horroroso y de traidores. Pero también sé qué hay detrás de esos grandes establecimientos. Bueno, solo soy una pequeña consumidora. El gran cambio del mundo no depende de mí. Pero, vale, cada grano de arena importa. Yo sólo digo mi opinión”.
DESDE “EL ECOMENSAJERO DIGITAL”
Desde “El Ecomensajero Digital” agradecemos mucho las opiniones de los lectores y que nos las hayáis enviado a nuestra dirección. Hemos estado analizando el sector ecológico en profundidad y esos análisis han tenido sus conclusiones, que han sido vertidas en diferentes artículos en los últimos dos meses. En BioCultura Madrid, mucha gente comentaba, entre bastidores y por los pasillos, todo eso de lo que hemos estado hablando. Nosotros no criticamos ni aplaudimos que el consumo esté migrando hacia las grandes superficies. Quizás sea un proceso ya imparable. En otros lugares de Europa ya es así. Nos gustaría, eso sí, que el mundo “bio” siguiera teniendo la ética y la fuerza que tuvo en un principio. Y está claro que no siempre las grandes compañías y superficies crean sus negocios a partir del activismo y/o las ganas de cambiar aquello que corrompe y perjudica al mundo y a la sociedad. Todas las opiniones de estos lectores/as nos parecen muy acertadas, cada una por diferentes razones. Lo queramos o no, el sector se está moviendo. De forma más acelerada que hace décadas. Y, al mismo tiempo, la alta inflación, la falta de futuro económico, la guerra en el Este, el calentamiento global… todo influye. Son malos tiempos para la lírica. A pesar de ello, nos consta que muchos consumidores “bio” están haciendo lo imposible por seguir fieles a su forma de ver el mundo. A veces, compran ahora marcas más baratas, pero ecológicas. En otras ocasiones, consumen siguiendo descuentos de grandes superficies, pero en ecológico. Y, cuando ello no es posible, compran productos locales, artesanos, de pequeños productores… Mientras siga habiendo gente así, existe la esperanza de que algún día este mundo sea un paraíso. Hay que tener paciencia…
Redacción