La Coordinadora Stop Ganadería Industrial organizó recientemente la mesa redonda “Ganadería y emergencia climática y ambiental”. El ministro Alberto Garzón, defensor de reducir el consumo de carne por su alto impacto ambiental, fue el encargado de abrir el debate.
Se llevó a cabo recientemente la Semana de Acción contra la Ganadería Industrial. Sirvió también para que arrancara la coordinadora estatal Stop Ganadería Industrial, que aglutina a más de 60 movimientos y organizaciones estatales e internacionales. Se organizó una mesa redonda para debatir sobre el actual modelo de ganadería en nuestro país. El acto, que inauguró el ministro de Consumo Alberto Garzón, fue moderado por la periodista de TVE Sandra Sutherland. Y se contó con la participación de Inma Lozano, portavoz de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial; Fernando Valladares, científico del CSIC y profesor asociado en la URJC; y Laura Martínez Núñez, veterinaria e integrante de Ganaderas en Red, entre otros. Hemos resumido algunos de los problemas que crea la ganadería industrial.
CALENTAMIENTO GLOBAL
Greenpeace alerta en uno de sus textos que la ganadería industrial “contribuye significativamente al calentamiento del planeta, ya que la ganadería es responsable del 14’5% de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) a nivel mundial, siendo los más peligrosos el metano y el óxido nitroso, gases que son más potentes que el CO2. Se realizan emisiones directas (de los animales) e indirectas, derivadas del actual modelo de agricultura y su dependencia del petróleo, los productos fitosanitarios, los fertilizantes químicos, etc.”.
DEFORESTACIÓN
La ganadería industrial causa el 80% de la deforestación, monopoliza la tierra cultivable: el 26% de la tierra cultivable del mundo se utiliza para el pastoreo del ganado, un 33% se destina al cultivo de productos para la alimentación animal y otro pequeño porcentaje para cuestiones relacionadas. Greenpeace señala que “casi el 75% de la superficie agrícola se destina a la ganadería, ya sea de forma directa o indirecta, y esto provoca la imposibilidad de frenar la pérdida de biodiversidad, sobre todo sabiendo que la demanda de carne seguirá creciendo y que cada año se incrementa su producción (al menos de momento). No es extraño que desde diversas organizaciones se abogue por reducir la producción de carne y productos lácteos a la mitad para el año 2050”.
BIODIVERSIDAD
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), de unas 30.000 especies de plantas comestibles, apenas se utiliza un centenar en la alimentación humana, el resto se han convertido en cultivos “marginados e infrautilizados”, “secundarios” o “huérfanos”. Por otro lado, no se debe olvidar que sólo la producción de soja, arroz, maíz, aceite de palma y trigo, generan más emisiones de gases de efecto invernadero que los producidos de forma individual por casi cualquier país del mundo; son alimentos básicos que provocan un enorme impacto ambiental. Cada vez también la ganadería industrial restringe a las razas y especies autóctonas. Solo se utilizan las más productivas. Se cosifica la vida. La biodiversidad va desapareciendo. Y, al deforestar, se mata la biodiversidad…
CARNE Y CÁNCER
“En el 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya advirtió de la relación entre el consumo de carne y cáncer. Y un estudio en “The Lancet” señala que un elevado consumo de carne produce serios riesgos para la salud de la población, desde enfermedades cardiovasculares, renales… hasta diabetes tipo 2. El consumo excesivo actual no beneficia en nada a las personas”, explica el portavoz de la organización de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano Sánchez Bayle. También está más que demostrado que diversos tipos de cáncer y su multiplicación en la actualidad están asociados a la ingesta de carne roja, especialmente, procedente de la ganadería industrial.
GANADERÍA SIN GANADEROS
Bajo el título, “La uberización del campo español”, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) presentó recientemente el primer estudio realizado en nuestro país sobre los efectos nuevo orden económico mundial en el modelo social y familiar de agricultura y ganadería. “Si el nuevo modelo de oligopolios empresariales se impone en el sector, España camina hacia una agricultura sin agricultores y una ganadería sin ganaderos”, dijeron en su presentación. Las macrogranjas son entes donde hay pocos trabajadores. Han sido sustituidos por máquinas. Generan pocos beneficios para la población local. Todos los beneficios se los llevan personajes encorbatados que no residen allí y que invierten también en otros negocios oscuros.
Redacción