Apoyamos la cosmética econatural y trabajamos para que tanto las profesionales como las personas consumidoras puedan distinguir la verdadera cosmética econatural frente al "greenwashing" de un mercado que cada vez demanda más opciones respetuosas para el medio ambiente y la salud.
El deseo de gustar siempre ha sido más fuerte que el principio de precaución en el uso de determinadas sustancias, muchas veces por propia ignorancia. Para conseguir colores brillantes se utilizaban compuestos que eran tóxicos como el mercurio, el plomo en los tintes e incluso se utilizaban sustancias corrosivas para blanquear la piel. Los avances científicos y técnicos, especialmente el desarrollo de la petroquímica, pusieron a disposición de la industria cosmética un gran número de sustancias aparente muy útiles pero de las que no se conocían sus efectos a largo plazo. Y mucho menos el efecto de mezclar varias de ellas todos los días.Todas estas evidencias están contribuyendo al desarrollo del mercado de cosmética ecológica o natural. Lo que nos ponemos en la piel también influye en nuestra salud y es necesario poder conocer bien que peligros entraña la cosmética convencional y cómo distinguir la cosmética ecológica.
¿Qué es la cosmética ecológica y la cosmética natural?
No existe ninguna ley ni normativa que regule este concepto. Por tanto, cualquier empresa puede decir que su cosmética es ecológica utilizando argumentos muy diferentes como la presencia de algún ingrediente de origen natural o el hecho de que el bote se pueda rellenar una vez terminado.
Para paliar esta carencia las empresas que llevan más años elaborando cosmética natural potenciaron la creación de diferentes normas bajo las que certificar estos productos. Aunque no existe una norma común todas cumplen unos mínimos que sirven de base para definir los que es una verdadera cosmética natural:
- La mayor parte de los ingredientes son naturales o de origen natural. Estamos hablando de al menos el 90%.
- No se incluyen materias primas, especialmente compuestos químicos, sobre los que existen dudas sobre su inocuidad para el medio ambiente o la salud de las personas.
- Utilizan procesos de transformación y elaboración respetuosos con el medio ambiente.
- Se permiten ingredientes de origen animal siempre que no sean derivados de animales amputados o sacrificados específicamente para la elaboración del cosmético.
- No están testados en animales ni el producto final ni ninguno de sus ingredientes.
- No se admiten ingredientes ni procesos que impliquen el uso de tecnologías controvertidas como organismos modificados genéticamente (OGM), nanotecnología o irradiación.
Con estos criterios haremos una buena cosmética natural, pero ¿podremos decir que es ecológica? Para poder hacerlo los ingredientes de origen vegetal y animal tendrán que estar certificados como ecológicos según la normativa que, en este caso sí, regula la agricultura y la ganadería ecológica.
Existen distintos organismos privados que certifican que la cosmética cumple estos criterios. Dado que no siempre es posible elaborar un cosmético con todos sus ingredientes certificados como ecológicos, en el mercado encontramos un amplio abanico de casos que se pueden resumir en tres:
1
Cosmética natural sin ningún ingrediente ecológico.
2
Cosmética natural con un porcentaje de ingredientes ecológicos. En este caso en la etiqueta puede estar indicado cuál es ese porcentaje.
3
Cosmética ecológica donde al menos el 90% de los ingredientes de origen vegetal o animal son ecológicos certificados. Este porcentaje es variable en función de las distintas normas.