La movilidad representa, después de la alimentación, el principal impulsor de los impactos ambientales generados por una persona consumidora promedio en España. Alcanzó en 2018 el 17,1% de la huella total de consumo de un hogar (Ministerio del Consumo, 2022). Esta importante huella de consumo está mayoritariamente asociada al uso del coche privado y al transporte aéreo continental.