BIOCULTURA/CRÓNICA DE UN ÉXITO ANUNCIADO/Una feria muy “real” que causa sorpresa y llama la atención de los medios
6 de noviembre de 2023LEY DE RESTAURACIÓN DE LA NATURALEZA/Hay mucho en juego
8 de noviembre de 2023ECOSPIRULINA/Nicolás Mazurier
“La espirulina es atractiva por su sostenibilidad para enfrentar los desafíos del siglo XXI”
Nicolás Mazurier está al frente de Ecospirulina. La firma elabora espirulina artesanal y con certificado ecológico. Además, la empresa está ubicada en un lugar de gran belleza. La firma expuso sus productos este fin de semana en BioCultura Madrid. Las reflexiones de Mazurier van mucho más allá de la producción de su empresa.
-¿Cómo nació vuestra empresa y cuál ha sido su evolución?
-Ecospirulina nace de las inquietudes a la vez personales y profesionales de su fundador, yo mismo. Inquietudes profesionales en el sentido de desarrollar sectores productivos nacionales que permiten producir alimentos de calidad, sanos y de proximidad. La espirulina es una microalga que –mediante la fotosíntesis– capta CO2 para emitir oxígeno en un balance positivo (50% más que un bosque tropical, en proporción) a la vez de producir una biomasa de excelentes cualidades nutricionales. Es un alimento que contiene más del 60% de proteínas vegetales, las cuales contienen todos los aminoácidos incluidos los 8 aminoácidos esenciales. Es seguramente el alimento más rico en hierro que pueda consumir el ser humano. También aporta magnesio, manganeso, selenio y zinc. Es fuente de una importante cantidad de vitaminas (pro-vitamina A, E y del grupo B esencialmente). También de ácidos grasos esenciales (Omega 6), numerosos fitopigmentos antioxidantes (de los cuales la ficocianina es exclusivo de la espirulina) y tiene una potente acción contra los radicales libres, acción reforzada por la enzima SOD (Super Oxido Dismutasa). A nivel personal, su cultivo resuelve una de mis inquietudes principales: la correcta alimentación de la población mundial… con recursos limitados. La espirulina es una de las respuestas a ello. Se puede cultivar en casi todas las latitudes y, por ejemplo, en Europa, aportar una actividad económica en zonas rurales despobladas, participando así del desarrollo rural y de la soberanía alimentaria. Es un cultivo que requiere muy pocos recursos en comparación con otras producciones como las cárnicas, por ejemplo. Todo ello hace del cultivo de la espirulina un cultivo altamente sostenible y de un alto valor nutricional.
Ecospirulina presentó un amplio surtido de productos de su última oferta en BioCultura Madrid
DESAFÍOS DEL S. XXI -¿Por qué os centrasteis desde el principio en la espirulina? -La espirulina es especialmente atrayente a nivel de sostenibilidad para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Primero, por ser una producción acuática: un organismo vivo acuático no sufre el desgaste energético que requiere un organismo vivo terrestre para mantenerse de pie frente a la gravedad. Segundo, al crecer mediante la fotosíntesis, requiere de muy pocos recursos para su desarrollo. Tercero, la espirulina crece en condiciones de cultivo muy específicas, que la hace poco vulnerable a posibles contaminantes, produciendo así un cultivo limpio sin más residuos que el oxígeno. Adicionalmente, es seguramente el alimento más completo nutricionalmente que pueda consumir el ser humano, después de la leche materna. Con lo cual, todo ello convierte a la espirulina en un alimento ideal para la alimentación del siglo XXI: sostenible y un excelente complemento a una dieta moderna. De ahí la apuesta de Ecospirulina por invertir en el cultivo de esta microalga.
SECTOR “BIO”
-¿Y por qué en el sector ecológico? -La espirulina es de por sí un cultivo altamente sostenible. Tiene todo el sentido a nuestros ojos llevar la producción a su máximo grado de pureza: el cultivo ecológico. Tras varios años de investigación, es lo que ha conseguido Ecospirulina, primera y única producción de espirulina certificada ecológica de España hasta la fecha.
El cultivo está protegido de polvo, insectos, etc., mediante un invernadero.
PARQUE NACIONAL DE LA SIERRA CALDERONA
-¿Cómo la cultiváis y dónde? -La producción tiene lugar en el Parque Natural de la Sierra Calderona (València, España), como muestra de un lugar rodeado de naturaleza, protegido y alejado de cualquier fuente de contaminación. El agua utilizada para su cultivo también procede de agua de manantial del parque natural. La espirulina se cultiva en balsas con agitación para favorecer la fotosíntesis. Entre los meses de mayo a noviembre, ya que requiere cierta temperatura para su desarrollo (entre 25 y 37ºC en el agua).-¿Producir en un lugar de tanta belleza os ayuda a tirar el carro para adelante en los malos momentos?
-Ha sido una de las condiciones de Ecospirulina: un lugar de trabajo y de vida el más natural posible. ¿Qué mejor que un parque natural? Nos asegura una producción de alta calidad, al estar rodeados de naturaleza, sin fuente de contaminación, además de gozar del agua natural del manantial del Parque Natural de la Sierra Calderona para el cultivo de nuestra querida espirulina. Es cierto que, en momentos difíciles, mirar alrededor nuestro, respirar hondo, escuchar la naturaleza y tomando un poco de espirulina… ¡afrontamos mejor las dificultades!
SUPERALIMENTOS -¿Los superalimentos están cada vez más en boga? -Los superalimentos como la espirulina están a la orden del día: complementan perfectamente un estilo de vida moderno, que conlleva a menudo una alimentación poco equilibrada y que carece de ciertos nutrientes esenciales. Por su composición nutricional tan completa, la espirulina es seguramente el superalimento más completo que exista. Con una pequeña ingesta al día (se recomienda consumir entre 3 a 5 gramos al día), aportamos una serie de nutrientes esenciales al organismo. Ello favorece el correcto metabolismo del organismo, potencia la resistencia y la recuperación al esfuerzo físico. También vivifica el sistema inmunológico y la digestión.
-¿La industria alimentaria se beneficia de que los superalimentos estén en boga y le llama superalimentos a cualquier cosa?
-Voy a ser pesimista pero me gustaría que nos diésemos cuenta de la situación. Consumimos cada vez más suplementación nutricional, en parte debido a que nuestras vidas se vuelven cada día más exigentes con el aumento de factores de estrés, presión social, menos tiempo para cocinar, alimentación empobrecida nutricionalmente hablando, etc. Los avances científicos en materia de conocimientos sobre la nutrición y los profesionales de la dietética nos facilitan la comprensión del metabolismo, llegando a poder adaptar en cierta medida una dieta "convencional" a un organismo con necesidades específicas (dieta, deporte, envejecimiento, alergia, crecimiento, etc.)… gracias a la suplementación. Pero ésta se ha salido del mundo de los profesionales de la salud y es la industria la que se ha apoderado. Más que la industria me gustaría decir el mercado. Estamos viendo una clara tendencia en estos años con los alimentos enriquecidos por ejemplo y con los "superalimentos" que, como bien dice el inspector de Sanidad que inspecciona Ecospirulina, no existe definición de "superalimento". Nos llega del mundo anglosajón con la palabra "superfood" pero no es correcto usar esta palabra. Estos alimentos a los que se les quiere atribuir propiedades excepcionales responden a nuestras inquietudes de aportar lo mejor a nuestro cuerpo. Esto es lógico. Y, cómo no, la industria tiene que responder a nuestras esperanzas de novedades. Pero también la prensa vive de aportar contenido nuevo. La globalización hace que, cuando sale alguna novedad en una parte del mundo, si es viable para otra parte, pues se introduce en un mercado nuevo. A ciertos alimentos ancestrales en ciertas culturas… se les etiqueta de "superalimento" y se transforman en un producto más para el mercado. Creo que el consumidor busca cada vez más especificaciones técnicas: lo veo en la ropa de deporte por ejemplo: hay zapatillas para correr por caminos sin piedras, con piedras, durante 10km, 40km, 100km, para pesos ligeros, medianos, pesados, etc. Cuando antes no había tanta variedad. Lo mismo pasa con la alimentación. Es cada día más específica. Y esto lo aportan los "superalimentos", ya que los alimentos tradicionales de nuestras tierras son los que son y, más allá de las recetas nuevas, no aportan novedades. Pero quiero hacer hincapié también en las nuevas tendencias de consumo en este sector. Es cada día más frecuente comprar tanto su alimentación como la suplementación nutricional en canales online, donde sobra la información pero tal vez no solo la información cierta. El consumidor tiene demasiadas opciones de elección y puede verse algo perdido ante tanta oferta. En este caso, no veo la industria, como fabricante, como única beneficiadora de llamar a muchos productos "superalimentos". Hoy en día se crea una nueva línea de producto en Amazon, no por conocimientos dietéticos ni de salud, sino por las búsquedas de los productos más vendidos. Son profesionales del márketing quienes se encargan de desarrollar productos nuevos, y no profesionales de la salud. Así funciona el mercado actual. En Amazon, para elegir un producto, el consumidor tiene a su disposición una foto, un precio, una descripción bonita y unas estrellas como factor de confianza porque lo ha comprado poca o mucha gente. No se exige hablar de las advertencias, posibles riesgos, o a quién no conviene tomar este superalimento. Todo pinta muy bien, parece que todo vale para todos. Creo que si no exigimos más a estas plataformas de compra online, nos olvidamos de nutrir nuestro cuerpo con sus especificidades y nos dejamos llevar por el mercado y sus numerosos actores, industria, prensa, plataformas de distribución. Todos los suplementos han de registrarse ante Sanidad para ser comercializados, pero no es el trabajo de Sanidad definir los usos y propiedades de cada producto. Sanidad asegura la inocuidad sanitaria del producto y su etiquetado. No tiene ni medios ni poder de decisión sobre los nuevos productos introducidos en el mercado.
LOS CONSUMIDORES -¿Conoce el consumidor medio español cada vez mejor este tipo de productos? -En España el consumo de este tipo de productos es cada vez mayor. Desafortunadamente, las pequeñas producciones artesanales españolas están en directa competencia con las producciones industriales procedentes esencialmente de China. Allí, a nivel industrial, se deshidrata la espirulina a altas temperaturas (160-200ºC) mediante pulverización en torre de secado, lo que provoca una rotura de las células de espirulina y, como consecuencia, una oxidación del producto. Pero, además, a tan altas temperaturas, se pierden nutrientes esenciales frágiles al calor como las vitaminas, los antioxidantes, enzimas, etc. Es decir, que se consume una espirulina muy empobrecida. No es el caso de las producciones artesanales españolas, en las que se deshidrata el producto a bajas temperaturas (39ºC en el caso de Ecospirulina) para preservar su riqueza nutricional. Además, de esta manera se conserva su olor y sabor agradables. A modo de distinción, la espirulina artesanal se caracteriza por su formato de “hebras”, mientras que la espirulina industrial viene en formato de “polvo”. Queremos llamar la atención al consumidor sobre la certificación ecológica de la espirulina: hay que fijarse bien, debajo del logotipo ecológico europeo, que ponga debajo “Agricultura UE” en vez de “Agricultura no UE”, puesto que muchos clientes nos han mostrado haber comprado un producto de origen No UE sin darse cuenta.
GRANDES SUPERFICIES -¿En qué medida os perjudica que, por la crisis, el consumo de alimentos ecológico “migre” a las grandes superficies? -El cambio de lugar de venta de los productos ecológicos desde la crisis influye mucho sobre las tendencias del sector y dificulta la viabilidad económica de las pequeñas empresas productoras. En un herbolario o tienda especializada en productos ecológicos, el servicio al cliente suele ser muy bueno y la selección de productos, acertada. Desde hace varios años, el sector ecológico de los complementos migra en parte a las grandes superficies y a las farmacias. Ambos canales de distribución, no especializados, están acostumbrados a lo que yo llamaría “productos márketing”. Llamo “producto márketing” a un producto que vela más por el margen comercial de los distintos intermediarios de la cadena que por la salud del consumidor. Esto provoca una disminución de la calidad nutricional de los productos propuestos, a la vez que deja de lado propuestas más originales como pequeñas producciones enfocadas hacia la calidad nutricional, la salud del consumidor final y el cuidado del medio ambiente. Para hablar de la espirulina, me parece interesante describir el circuito de distribución actual. Desde una producción industrial en China, por ejemplo, se dan 3 años de caducidad al producto. Un importador europeo importa por ejemplo un contenedor de espirulina (la espirulina pasa un mes en un contenedor marítimo que puede alcanzar temperaturas elevadas a pleno sol). A su llegada, el producto puede esperar de 1 mes a 1 año en el almacén del importador, o del transformador. Durante este tiempo, el producto se oxida puesto que no está envasado al vacío y las células de espirulina están rotas y se hacen vulnerables al oxígeno del aire. Desde allí, puede ir a un mayorista que envasa el producto (algunos tienen la cara dura de indicar “producido en España” puesto que el envasado les permite mencionar esto) para terceros. A continuación este producto envasado pasa a manos de un distribuidor, que a su vez lo va a comercializar en el punto de venta final. Son unos 4 intermediarios de media. Un producto que ha recorrido medio planeta. Un producto oxidado, del que no nos hemos preocupado por su conservación en las mejores condiciones. Y al que se le añaden a menudo algunos excipientes o aditivos para rebajar su precio. Evidentemente, son productos muy económicos pero poco beneficiosos para la salud y el planeta. Mientras tanto, al pequeño productor, que tiene costes de producción elevados, le cuesta competir en precio. Y si consideramos el desarrollo del consumo en plataformas de ventas tales como Amazon, por ejemplo, entonces se dificulta más todavía la supervivencia del pequeño productor, que carece de medios para comunicar sobre la diferencia de calidad entre su producción y una producción industrial procedente de la otra parte del mundo. Solamente podemos llamar la atención al consumidor que decide el mundo que quiere con su acto de compra. ¡Ojo! Muchas empresas usan el márketing de dudosa calidad para inducir a error la decisión de compra del consumidor... En cuanto a espirulina se refiere, Ecospirulina les puede asesorar al respecto.
BIOCULTURA
-¿Nos puedes contar alguna anécdota relacionada con vuestra presencia en BioCultura? -Consideramos BioCultura como el último espacio de encuentro entre personas deseadoras de un planeta más vivo. Se respira un aire de confianza y de lucha pacifista para la protección del medio ambiente. Creo que una de las riquezas de BioCultura es verse rodeado de personas con ganas de respetar lo que tenemos muy olvidado en una sociedad de consumo: el amor a la vida.P. B.
MÁS INFOinfo@ecospirulina.com Estarán en BioCultura BCn en el espacio de la ComunitatValenciana.
https://ecospirulina.com
El cultivo de espirulina en vídeo: cultivo Ecospirulina