La banca española financia a no pocas empresas armamentísticas que venden armas a países que participan en conflictos bélicos y que incluso producen armas nucleares, de capacidad devastadora. Banco Santander y BBVA son las principales entidades “finan-fieras” con las manos sucias de sangre. La campaña Banca Armada delata que 44 instituciones con sede en el estado español destinaron 14 millones de euros entre 2020 y 2022 a financiar 12 empresas armamentísticas. Hablamos con Gemma Amorós, una de las responsables de la campaña citada y técnica de Setem.
La Campaña Banca Armada surgió de la necesidad de visibilizar las vinculaciones de un elevado número de instituciones bancarias españolas con empresas fabricantes de armas a través de su financiación, que convierte a los bancos en actores necesarios del complejo militar industrial, que, con el objetivo de maximizar sus beneficios económicos, promueve el armamentismo y el militarismo. Ello hace más fácil el uso de la fuerza y de la violencia armada tanto en el ámbito de las relaciones internacionales como en el interpersonal. El objetivo de la campaña es denunciar públicamente a las instituciones bancarias que financian la industria militar, para así lograr una base social sensibilizada y exigir unas políticas éticas y social y medioambientalmente responsables de las entidades financieras. El Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y Setem son los promotores de Banca Armada.
-¿Cuáles son las principales entidades “finan-fieras” que en el estado español patrocinan y financian empresas armamentísticas?
-Son diversas entidades… Pero, con diferencia, sobre todo BBVA y Banco Santander son corresponsables de una de las tragedias contemporáneas más flagrantes. Y en la medida en que seamos clientes de estos bancos, es muy probable que esto lo estén haciendo con nuestro dinero. Después estarían CaixaBank y Banco de Sabadell. Pero hay más.
-¿Cómo se lleva a cabo esa financiación?
-Básicamente, en base al dinero que tienen las personas en estas entidades bancarias, los bancos dan bonos, pagarés, préstamos… a empresas que fabrican armamento. Es decir, las financian directa o indirectamente. Porque son procesos largos y costosos de fabricación. Estas empresas no podrían funcionar sin esta financiación. Por lo tanto, estos bancos contribuyen altamente a este proceso armamentístico… Estas empresas venden sus productos, sus armas, de todo tipo, incluso nucleares, a estados que participan en conflictos bélicos. Con desastrosas consecuencias humanas, sociales, ambientales…
Podéis descargar el informe de Banca Armada con abundante información pinchando en la imagen
HAY QUE PASARSE A LA BANCA ÉTICA
-Son actividades legales… pero bochornosas desde el prisma de la ética…
-Así es. Vender armas es legal. Fabricar armas es legal. Y financiar a empresas que las producen también. Aunque hay legislaciones que intentan coartar estos procesos. Por ejemplo, en teoría no se puede financiar a empresas que fabrican armas para estados que tienen embargos de armas, o que fabrican armas nucleares, o que están participando en conflictos armados vigentes. Pero estas legislaciones se las saltan. No se cumplen. Hemos encontrado armas financiadas por entidades españolas en el conflicto del Yemen, por ejemplo, compradas por Arabia Saudí. En teoría, estaría prohibido. ¿Pero quién vela para que eso no ocurra?
-¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie para no ser cómplice de toda esta barbarie?
-Informarse, informarse bien. Para que con su dinero no se cometan estas atrocidades. Y pasarse a la banca ética, que asegura más transparencia. La banca ética sólo invierte en proyectos social y ambientalmente responsables.
P. B.