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27 de enero de 2023GAS RADÓN/EL GOBIERNO PUBLICA EL REAL DECRETO CONTRA EL RADÓN
Llega casi 5 años después de la fecha límite exigida por la UE
España era, hasta ahora, el único país de la UE que aún no había traspuesto la Directiva 59/2013/EURATOM, que obliga a todos los estados miembros a medir y controlar el radón en viviendas, colegios, edificios públicos, lugares de trabajo, etc. El plazo límite para trasponerla venció en febrero de 2018. Finalmente, cuatro años y 10 meses después de la fecha límite, el Gobierno español ha publicado el Real Decreto 1029/2022 de 20 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección de la salud contra los riesgos derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, incluido el radón. Este Real Decreto supone una trasposición solo parcial de la Directiva, puesto que en ella también se obliga a los Estados miembros a diseñar un Plan Nacional contra el Radón en el que se establezcan medidas concretas de protección de los ciudadanos. Sin embargo, “aún no se conoce fecha estimada para la publicación del mencionado Plan Nacional, ni siquiera un borrador”, según denuncia José Miguel Rodríguez, responsable del programa Vivesinradon.org del Instituto para la Salud Geoambiental.
Para este experto, “el retraso en la implantación del Plan Nacional contra el radón supone un menoscabo para los ciudadanos españoles frente al resto de ciudadanos europeos. Es el Plan Nacional el que debe establecer estrategias específicas encaminadas a reducir la exposición de la población al gas radón y, por tanto, disminuir los riesgos que representa para la salud”. El radón está calificado como cancerígeno por la OMS desde hace ya 34 años, “es decir, que no representa un riesgo nuevo sino al contrario, es un problema muy conocido y contrastado, y sin embargo el Estado español sigue mirando para otro lado y haciendo dejación de funciones. No solo no protege a los ciudadanos, como es su obligación, sino que ni siquiera informa o divulga sobre este problema. Muchas personas que viven en zonas de riesgo desconocen el alcance real y las implicaciones del radón para su salud”, señala Rodríguez.
UN PROBLEMA MEDIOAMBIENTAL
El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, incluso en personas que nunca han fumado. En fumadores, el riesgo de cáncer de pulmón se incrementa exponencialmente. La OMS calcula que entre un 3% y el 14% de las muertes por cáncer de pulmón están relacionadas con el radón. En España, esto supone que entre 1.500 y 2.000 personas mueren cada año por cáncer de pulmón debido a la exposición a este gas radiactivo. Se desconoce el umbral por debajo del cual la exposición no suponga un riesgo, y por otro lado está demostrado que la mayoría de los casos de cáncer de pulmón están provocados por concentraciones bajas o moderadas, y no por concentraciones elevadas.PROTECCIÓN INSUFICIENTE
El Real Decreto que acaba de publicar el Gobierno define las bases genéricas que guiarán la protección de los ciudadanos frente al radón. En este sentido, establece un límite máximo de exposición al radón de 300 Bq/m3 (becquerelios por metro cúbico), frente al nivel oficial contemplado hasta ahora en España de 600 Bq/m3. Para Vive sin Radón este nivel de protección resulta insuficiente, puesto que países como Irlanda, Canadá o Estados Unidos han establecido su nivel de referencia en 200 Bq/m3, y la OMS recomienda como referencia los 100 Bq/m3. Tal y como subraya José Miguel Rodríguez, “el límite de referencia que establece el nuevo Real Decreto está claramente por encima de lo deseable, porque se sabe que, por cada 100 Bq/m3 de aumento en la exposición a radón, el riesgo de cáncer de pulmón se incrementa en un 16%”.UN PRIMER PASOsolo es un primer paso en la protección de la población frente a este peligroso gas. Aún queda por ver qué medidas y acciones se incluirán en el Plan Nacional contra el Radón que debe establecer el Ministerio de Sanidad, y si realmente existe o no voluntad de recuperar el tiempo perdido en legislar y avanzar para establecer un nivel de referencia más cercano a lo que recomienda la OMS de 100 Bq/m3, en la línea de lo que hacen otros países como Irlanda, Reino Unido, Suecia, Noruega, Canadá o Estados Unidos, que tienen niveles de referencia más bajos en sus legislaciones desde hace bastante tiempo. También deberían volver a ponerse en marcha las ayudas para la rehabilitación de viviendas afectadas, tal y como se recoge en la Directiva europea”.
Por otra parte, según el responsable de Vivesinradon.org, “es importante destacar que esta normativaUN GAS “NATURAL”
El radón se produce de forma natural en el subsuelo, principalmente en zonas graníticas, desde donde se filtra a la atmósfera a través de pequeñas grietas del terreno. Amplias zonas de España tienen esta problemática debido a su composición geológica, como Galicia, Extremadura o las sierras de Guadarrama y Gredos, en las comunidades de Madrid y Castilla-León. El radón, una vez que aflora a la atmósfera, se diluye en el aire y no representa ningún riesgo, pero cuando se filtra al interior de los inmuebles, bien por la porosidad de los materiales o a través de pequeñas grietas en sótanos y cimientos, se acumula en concentraciones considerables, poniendo en peligro la salud de las personas que allí viven o trabajan.MEDICIONES
Para estudiar la posible presencia de radón en una zona y predecir los posibles niveles de riesgo a nivel poblacional, la herramienta más utilizada son los mapas de radón, como los que elaboran el Consejo de Seguridad Nuclear o el propio Instituto para la Salud Geoambiental. Sin embargo, “la única forma posible de saber si hay radón en una vivienda o centro de trabajo es haciendo una medición, y eso es precisamente lo que contempla la Directiva europea que deben hacer los gobiernos, promover mediciones para poder implantar sistemas de protección en los centros de trabajo y viviendas donde se constate la existencia de este riesgo. Reino Unido, Irlanda, o Bélgica ya tienen planes de medición en las viviendas puestos en marcha por sus respectivos gobiernos”, puntualiza Rodríguez. Las mediciones deben realizarse siempre por parte de expertos cualificados, que evaluarán la magnitud del problema y propondrán también las técnicas de remediación más adecuadas para cada situación, que normalmente no van más allá de una obra menor. “Muchas personas evitan medir el radón porque les asusta la obra, pero lo importante es conocer el riesgo y corregirlo, y proteger tu propia salud porque un cáncer de pulmón no es cosa menor”, explica Rodríguez, que considera que la presencia de radón debería formar parte de los parámetros de medición obligatoria de calidad del aire, tanto en viviendas como en lugares de trabajo.Redacción