La confianza de los españoles en los sellos y certificados medioambientales y sociales baja por tercer año consecutivo. En 2019, un 55% de la ciudadanía confiaba en este tipo de etiquetas. Actualmente, el porcentaje se ha reducido al 47%. La culpa la tiene el “greenwashing”. Un montón de certificados son totalmente fraudulentos. Sólo el sello ecológico, la eurohoja, certifica que un alimento es real y verificablemente ecológico.
Las conclusiones de la cuarta entrega del Estudio sobre el consumo sostenible en España, elaborado por ClicKoala en colaboración con el Observatorio de Producción Local y Consumo Sostenible, en el que se han entrevistado a más de 9.000 personas representativas de la población española durante los últimos cuatro años, son muy claras. Estos resultados se han publicado en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio.
ESCEPTICISMO
A la vez que los sellos medioambientales y sociales están perdiendo la confianza de los españoles, el escepticismo hacia estas certificaciones ha ido en aumento. Mientras que en 2019 sólo un 3% de la población española mostraba desconfianza hacia estos sellos, en la actualidad ese porcentaje ha alcanzado el 10%. Es decir, 1 de cada 10 españoles desconfía abiertamente de los sellos ambientales y sociales. La razón es clara: consideran que muchos de estos sellos son falsos (afirmación compartida por el 38% de los que desconfían de los sellos) y tienen dificultades para discernir cuáles son legítimos. El “greenwashing” campa a sus anchas. Las grandes empresas utilizan certificaciones muy poco fiables para promocionar la “sostenibilidad” de sus productos, sean del sector que sean. El “greenwashing” es como una mancha de aceite en el mar: lo ensucia todo. Algunos consumidores dudan también de algunos sellos que sí son legítimos y fiables. Según el estudio, “esta pérdida de confianza ha tenido un impacto directo en la influencia que estos sellos ejercen sobre las decisiones de compra. En 2019, el 55% de los españoles afirmaba que estos sellos tenían una gran o bastante influencia en sus compras, pero en la actualidad ese porcentaje ha disminuido al 49%”.
LA NUEVA DIRECTIVA
El Parlamento Europeo dio luz verde el 11 de mayo a una directiva destinada a erradicar la práctica de “greenwashing” que acompaña a numerosas etiquetas medioambientales y sociales. Es una medida crucial para fomentar un consumo consciente y valorar el compromiso de las empresas que aspiran a generar un impacto positivo en el mundo. Sin embargo, los resultados de esta investigación plantean un interrogante: ¿Será efectiva esta legislación si no se complementa con información clara y estandarizada que permita al ciudadano comprender lo que aportan dichas etiquetas? O peor incluso… ¿Será la nueva legislación una forma de validar etiquetajes que no son realmente sostenibles pero que ahora contarán con el apoyo de la Administración y serán, por ello, más “creíbles”, aunque no representen nada?
DESCONOCIMIENTO
A lo largo de cuatro años de estudio, se ha observado que “los españoles desconocen la mayoría de las etiquetas presentes en el mercado (solo uno de los cuarenta y nueve sellos testeados en 2023 es conocido por más del 50% de la población) y se basan en la intuición para interpretarlas”. Esto ha permitido que aparezcan términos como "natural", "sostenible" o "verde" en productos que no podían demostrar que eran más sostenibles. Es fundamental establecer un puente entre la regulación basada en pruebas científicas, como exige la norma, y la información visual y textual fácilmente comprensible y normalizada. Si la normativa no se aplica pensando en la ciudadanía, existe el riesgo de que los consumidores, según el estudio, “tengan que hacer un esfuerzo aún mayor para interpretar los certificados”.
METODOLOGÍA
Para realizar este estudio, se analizaron los resultados obtenidos a partir de una muestra representativa de la población internauta española, en la cual participaron 9.002 personas mayores de 16 años. Para el total de la muestra, con un nivel de confianza del 95%, el error muestral es de ±1,03%. Por nuestra parte, incidimos en que, desde punto de vista alimentario, sólo el alimento que lleva el certificado de ecológico, con la eurohoja, es ecológico, sostenible. Algunos sellos que vendrán, esto sí avalados por la Administración, intentarán convencernos de que tales o cuales productos también sostenibles porque se han producido con menos pesticidas, o con menos herbicidas, o vaya usted a saber qué… No hagan caso. Al diablo se le ha llamado siempre “el Mentiroso”. BioCultura ha sido desde sus principios el espacio pionero en España en que nunca se dio “gato por liebre”. Desde hace 40 años. HA llovido mucho, pero es muy malo perder la memoria. Antes, eran los “falsos ‘bio’”. Mañana serán los “somos sostenibles porque bla bla bla”. Ojo…
Pablo Bolaño
TOMA NOTA
Sobre ClicKoala: es una empresa social que conecta de una forma sencilla y científica a las personas que quieren comprar de una forma más consciente y sostenible, con productos certificados y avalados por expertos en sostenibilidad.
Sobre el Observatorio de Producción Local y Consumo Sostenible: es una iniciativa promovida por la Cátedra de Territorios Sostenibles y Desarrollo Local, formada por la UNED y el Consorcio Universitario del Centro Asociado a la UNED de Ponferrada (MP), la Asociación Internacional de Marketing Público y No Lucrativo y ClicKoala en base a la especial significación y relevancia estratégica para la economía y el conjunto de la sociedad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Asamblea de Naciones Unidas en Nueva York, el 25 de septiembre de 2015, y en particular el ODS 12 “Producción y Consumo Responsables”.