Según EFEAgro: “La Comisión Europea ha propuesto regular las nuevas técnicas de edición del genoma (NGT’s) de las plantas, biotecnología de vanguardia distinta a los organismos genéticamente modificados (OGM’s) que permite, según sus "voceros", generar cultivos más resistentes al cambio climático o a enfermedades y plagas”. Es lo mismo de siempre. Se prometen soluciones tecnológicas a los problemas que el propio ser humano crea. Pero sólo son eslabones de un proceso de deshumanización de la actividad agraria. Un proceso que hay que combatir para que la agricultura siga siendo agricultura.
¡Feliz aquel que, alejado de los negocios, como la gente antigua,
cultiva con sus propios bueyes, libre de la pasión del lucro,
los campos heredados de sus padres!
Horacio
“Queremos dar a nuestros agricultores las herramientas para producir alimentos sanos y seguros, adaptados a nuestras condiciones climáticas cambiantes y con respeto por nuestro planeta”, ha dicho la comisaria europea de Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides. A diferencia de los OGM’s, donde se introducen en una planta código genético foráneo para mejorarla, “estas nuevas técnicas sólo modifican el genoma de la propia planta o introducen material equivalente”, nos dicen desde EFEAgro. Existe una primera categoría recogida en la propuesta (cisgénesis) en la que se añade código de la misma especie o familia de la planta, que se tratarían de manera similar a las plantas convencionales pues el proceso es equivalente a la selección de semillas ancestral para ir mejorando las cosechas, “pero de forma más efectiva”. Bueno, esto no es información. Es opinión. Una vez más, la industria y su descomunal máquina propagandística nos quieren hacer creer que, gracias a sus nuevas tecnologías, bien patentadas, se van a solucionar los problemas del hambre en el mundo. Sin embargo, estas tecnologías sólo han servido, hasta la fecha, para que estas empresas transnacionales obtengan más pingües beneficios y para contaminar el medio y la salud de los consumidores. Y para “descampesinizar” el mundo agrario…
MUTAGÉNESIS
La segunda categoría (mutagénesis) sustituye los métodos convencionales donde se empleaban radiación o químicos para obtener mutaciones aleatorias por nuevas soluciones de ingeniería más rápidas y precisas, como CRISPR-Cas9, que tendrá un tratamiento legal similar al de los OGM en la Unión Europea, el mayor importador mundial de productos agrícolas. ¿Es información o es propaganda? El texto de EFEAgro nos señala: “Existen ejemplos como maíz tolerante a las sequías, granos de mostaza menos amargos, cereales sin gluten o patatas resistentes a los patógenos que requieren entre hasta un 80% menos de pesticidas y se espera que su desarrollo comercial esté maduro al final de esta década”. Es decir, que la implementación de estas tecnologías va a ser inminente. Tecnologías que convertirán las semillas en algo patentado y con “copyright”. Es la panacea de las grandes empresas. No es que yo sea un negacionista climático, pero estoy hasta el gorro, por no decir hasta los “co--nes…”, de que, con la excusa de la crisis climática, se nos quieran vender nuevas tecnologías para “crear” plantas que sean capaces de resistir sequías, aguantar el sol más extenuante, etc. Lo que hace falta es echar mano de las especies más rústicas, mejor adaptadas, implantar los sistemas agroecológicos y, por otro lado, no tirar la toalla: todavía estamos a tiempo de revertir la situación si “despetrolizamos” nuestra sociedad descarbonizándola.
COMPENSANDO A LOS GRANDES EMPRESARIOS
El texto de EFEAgro nos sorprende: “Europa acumula retraso respecto a China, Estados Unidos o Canadá y llega en un momento políticamente delicado en el ámbito de la biodiversidad y la agricultura. El Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas (Copa-Cogeca) se opone frontalmente a dos iniciativas comunitarias en tramitación: la Ley de la Restauración de la Naturaleza para reparar los ecosistemas dañados y la Directiva de Pesticidas Sostenibles para reducir el uso de plaguicidas químicos peligrosos. Los grandes empresarios agrícolas han recibido el respaldo de los conservadores y de la extrema derecha en su batalla política, en una toma de posición contra la agenda verde comunitaria que se interpreta como el inicio de la precampaña a las elecciones el Parlamento Europeo en 2024”. Como, en teoría, algunas normativas de la UE le han puesto freno a la codicia de las grandes transnacionales, ahora nuevas leyes buscan compensar el malestar de los CEO’s de esas grandes firmas. Bruselas espera que la propuesta sobre edición genómica sirva para compensar esas otras dos leyes más centradas en proteger la biodiversidad y mejorar la producción agrícola a largo plazo ya que “los agricultores tendrán acceso a cultivos más resistentes que requieren menos pesticidas”, declaro el vicepresidente comunitario para el Pacto Verde, Frans Timmermans. Pero IFOAM Organics Europe considera que la propuesta de la Comisión para desregular las "Nuevas Técnicas Genómicas" (NGT) “es errónea, peligrosa para la autonomía europea de semillas, y una distracción de las soluciones agroecológicas necesarias para mover la agricultura hacia la sostenibilidad. El movimiento orgánico insta a los Miembros del Parlamento Europeo (MEPs) y a los gobiernos a actuar para proteger la libertad de los agricultores y consumidores de no usar o comprar productos procedentes de la ingeniería genética, y para prevenir la monopolización de los recursos genéticos a través de patentes”. Bravo por IFOAM Organics Europe…
TIREMOS DE HEMEROTECA
Una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de 2018 estableció que los especímenes obtenidos por mutagénesis deberían de tratarse legalmente como OGM’s y un estudio publicado en 2021 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria avaló el uso de estas novedosas técnicas. Sin embargo, la edición genómica genera controversia al calor del debate sobre los organismos genéticamente modificados, que están autorizados en la UE sólo si cuentan con un dictamen “ad hoc” favorable de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y aún así pueden ser bloqueados por los Estados miembros a través de una cláusula de salvaguardia. Los partidos ecologistas, los pequeños agricultores, plataformas como Greenpeace o Amigos de Europa y 400.000 ciudadanos europeos que han firmado una petición contra estos “nuevos OGM’s” se oponen, según EFEAgro, a la regularización de esas nuevas técnicas biotecnológicas. Dicen que responde a la presión de empresas como Corteva, Bayer/Monsanto, Syngenta o BASF y reclaman que se pueda aplicar el Principio de Precaución para bloquear esos cultivos, extremo que no contempla la Comisión. Jan Plagge, presidente de IFOAM Organics Europe, ha dicho: “Eximir a ciertas NGT’s de la evaluación de riesgos, la trazabilidad y el etiquetado es un paso atrás para la bioseguridad y la información al consumidor, y es poco probable que aporte algún beneficio para la sostenibilidad. Más bien, esta propuesta es un enorme acelerador de un lucrativo modelo de negocio de la industria biotecnológica y química. Parece que, lamentablemente, la Comisión Europea siguió las engañosas promesas de la industria y sus intereses comerciales antes de cerrar las peligrosas lagunas en el marco de los derechos de patente. Este es un mal momento para el modelo europeo de un sector agrícola y ganadero diverso. Ahora, el movimiento ecológico pide al Consejo y al Parlamento que al menos mantengan la trazabilidad de los NGT’s a lo largo de toda la cadena de producción, una base legal para las medidas que garanticen la coexistencia, así como la información a los consumidores".
BRUSELAS NOS DA UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA
Bruselas tampoco prevé exigir, según EFEAgro, “evaluaciones de riesgo caso por caso de los reguladores de seguridad alimentaria ni que el etiquetado subraye que el producto es fruto de la ingeniería genética en caso de la cisgénesis, aunque sí en el de la mutagénesis. Tampoco se permitirá que se cataloguen como alimentos ‘orgánicos’ las cosechas modificadas con estas técnicas, a petición del sector, y se aceptará un máximo de 20 mutaciones por planta. Uno de los aspectos más inciertos es cómo proteger las patentes y cómo rastrear los cambios, pues las mutaciones no se pueden detectar al ser similares a los que ocurrirían de forma natural”. Plagge lo tiene claro. Y nosotros compartimos sus reflexiones, del todo certeras: “Los consumidores quieren saber cómo se producen sus alimentos, y esperan que la producción ecológica se haga sin ingeniería genética. En términos de sostenibilidad, la agricultura ecológica ha estado a la vanguardia de la transición de nuestros sistemas agrícolas hacia prácticas beneficiosas para la biodiversidad y la salud del planeta. Pero el éxito de nuestro movimiento depende de la confianza de los consumidores, y la trazabilidad y el etiquetado de todos los OMG’s son esenciales para proteger el mercado ecológico y la reputación de los productos ‘bio’”.
AGRICULTURA ECOLÓGICA DESPROTEGIDA
Según un texto de IFOAM, “aunque la propuesta prohíbe explícitamente los NGT’s en la producción ecológica -en línea con la postura del sector de la alimentación y la agricultura ecológicas de que los NGT’s no deben utilizarse en la producción ecológica- no proporciona una base clara para proteger la producción ecológica y libre de OGM’s con medidas de coexistencia, ni para garantizar una distribución justa de los riesgos y las cargas.
Pablo Bolaño
TOMA NOTA
En una entrevista, también para EFEAgro, de Belén Delgado, el profesor investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas Eduardo Primo Yúfera (Ibmcp) Diego Orzáez responde:
-¿Qué es la mutagénesis dirigida?
-Es una tecnología (también conocida como CRISPR-Cas) en la que se introducen cambios en lugares específicos del genoma de la planta. Dentro del libro de instrucciones genético o genoma de cada planta, sabemos exactamente a qué página y renglón vamos. Generalmente hacemos pequeñas modificaciones, de unas pocas letras, alguna palabra o como máximo una oración, dentro de ese libro de instrucciones.
-¿A qué llamamos cisgénesis?
-La cisgénesis es otra tecnología que también se está discutiendo, que consiste en introducir nueva información genética, es decir, nuevas instrucciones, pero no necesariamente en un sitio determinado. Puede ser una modificación en un lugar al azar dentro del libro de instrucciones que es el genoma, pero nos autorrestringimos a no utilizar secuencias e información de ningún otro organismo. Usamos instrucciones propias del organismo o de organismos que se pueden cruzar sexualmente y las cambiamos de sitio.