El último libro de Ed Winters lo acaba de poner en circulación en el mercado editorial español Capitán Swing. La obra lleva el subtítulo de “(Y otras mentiras de la industria cárnica)”.
Cada vez que comemos tenemos el poder de transformar radicalmente el mundo en que vivimos. Nuestras elecciones pueden ayudar a aliviar los problemas más acuciantes a los que nos enfrentamos hoy en día: la crisis climática, las enfermedades infecciosas y crónicas, la explotación humana y, por supuesto, la explotación no humana. Es innegable que puede resultar incómodo informarse sobre estos temas, pero no se pueden exagerar los beneficios de hacerlo. Se trata, literalmente, de una cuestión de vida o muerte. Mediante la exploración de las principales formas en que nuestro actual sistema de cría de animales afecta al mundo que nos rodea, así como de los factores culturales y psicológicos que impulsan nuestros comportamientos, “Esto es propaganda vegana” responde a la apremiante pregunta de si existe una forma mejor de hacerlo. Tanto si ya eres vegano como si tienes curiosidad por saber más, este libro te mostrará la otra cara de la historia que ha permanecido oculta durante demasiado tiempo. Basándose en años de investigación y conversaciones con trabajadores de mataderos y granjeros, filósofos defensores de los derechos de los animales, ecologistas y consumidores cotidianos, Ed Winters, educador y conferenciante vegano, le proporcionará los conocimientos necesarios para comprender la verdadera escala y enormidad de las cuestiones que están en juego. “Esto es propaganda vegana” es el libro empoderante e innovador sobre el veganismo que todos, veganos y escépticos por igual, necesitan leer. El libro presenta argumentos indiscutibles a favor del veganismo y nos demuestra que hay una forma mucho mejor de alimentar al planeta.
ED WINTERS
Ed Winters (Londres, 1994) era un amante de KFC. Adicto, incluso, podríamos decir. Tenía uno a diez minutos de su casa e iba dos veces por semana. El personal sabía cuál era su pedido favorito. La obsesión le duró hasta los veinte años, cuando se topó con una noticia de la BBC que explicaba cómo 1.500 pollos habían muerto en un accidente de camión en Mánchester, muchos de ellos atropellados cuando salían a la carretera. A partir de entonces, no pudo volver a pensar en los pollos como comida. El autor, que también es youtuber, ha señalado: “Creo que sí es mayor ahora la preocupación por los temas ambientales que se derivan de la ingesta masiva de proteína animal. Lo que supongo que ha cambiado es que ahora hay más conversaciones sobre el tema. Y eso es, en parte, porque se publican tantos estudios científicos que se ha conseguido mucha más conciencia al respecto. Cuando me hice vegano, el debate estaba ahí. Pero ahora hay organizaciones como las Naciones Unidas o los informes del IPCC que confirman los beneficios ambientales de una dieta basada en plantas y avisan del impacto de la ganadería”. Y también ha dicho sobre la incomodidad de sus textos: “Bueno. ¿El título es una provocación…? Sí y no. Es cuestión de buscar el equilibrio mientras no desanime a nadie. Nunca fue mi intención provocar eso, pero la propia realidad animal es bastante dura e incómoda. La idea del título era intentar transmitir que este es el tipo de información que se acusa de ser propaganda. Pero, cuando te paras a analizarlo, te das cuenta de que la propaganda viene del otro lado: la ganadería está lejos de ser buena. Es devastadora por muchas razones. Y espero haber sido capaz de transmitirlo de un modo que no resulte tan molesto como para que la gente tenga que cerrar el libro”.
IDEOLOGÍA WOKE
El autor se defiende de las acusaciones: “No cabe duda de que eso ocurre, sí. Los veganos somos a menudo criminalizados. Me imagino que más en España, donde, a mi entender, hay un ala activista más radical entre la juventud, mucho más propensa a salir a la calle para protestar y debatir opiniones. En el Reino Unido somos un poco más moderados en ese aspecto. Pero sí, existe esa narrativa, que va en aumento, de que el veganismo es una especie de agenda woke, joven y de izquierdas para tratar de quitarle a la gente sus libertades y decirles lo que deben y no deben hacer. Y hay mucha moralina detrás que a la gente no le gusta. Es importante que se reconozca que el veganismo engloba tanto a personas liberales como conservadoras. Es decepcionante que tengamos que vivir en una sociedad que demoniza algo tan importante y beneficioso tratando de etiquetarlo de una forma tan reduccionista”.
MEDIOS DE DES-INFORMACIÓN
No podemos estar del todo de acuerdo con Winter en algunas de sus afirmaciones, porque, obviamente, su visión no es siempre parcial. Digamos que, en algunos asuntos, podríamos decir que su prisma tiene demasiadas carencias. Pero el libro contiene algunas afirmaciones sobre las que podemos reflexionar. Nos gusta, y mucho, cómo habla de la manipulación que se lleva a cabo en los medios de comunicación. En una reciente entrevista, Winters confesaba: “Lo interesante del debate agrícola es que, cuando hablamos de combustibles fósiles, sabemos que no debemos fiarnos de empresas y organizaciones como BP, ExxonMobil o Chevron. Que si publican una declaración diciendo que se preocupan por el medio ambiente y que están haciendo todo lo posible para que la producción y uso de combustibles fósiles sea más sostenible, sabemos que eso no significa nada porque hemos llegado a reconocer que no se debe confiar en estas compañías. Pero, con la agricultura… eso todavía no pasa. Seguimos considerando dignos de confianza a los agricultores y a los dirigentes de las organizaciones agrarias. Lo que tenemos que hacer es reconocer que todo lo que ha hecho la industria del tabaco o la industria de los combustibles fósiles lo está haciendo la industria ganadera. Está difundiendo desinformación, está tratando de restar importancia al impacto ambiental de su industria y está presionando y trabajando en secreto para tratar de suprimir información. En términos de lo que hacen y el daño que causan en muchos sentidos, todas estas industrias son similares y comparables. Y lo que algunos investigadores de la ONU revelan es aterrador. Porque, si la comunidad científica está siendo sometida, silenciada y censurada, significa que algo turbio está sucediendo”.
JONATHAN BALCOMBE
Jonathan Balcombe ha dicho: “Winters expone las aborrecibles prácticas de la ganadería industrial y lo que puede y debe hacerse al respecto”. “Ed ha tomado ideas complejas y las ha entretejido en un libro claro y comprensible que cala hondo y con fuerza. Este tipo de libro ha sido necesario durante mucho tiempo; tiende un puente entre los teóricos y el público, dejándonos atónitos por la verdad y esperanzados por el futuro”, ha aseverado el Dr. Sparsha Saha (Departamento de Gobierno, Universidad de Harvard). En fin… Otros autores y expertos también han escrito a favor del libro de Winters. Pero no creemos que un mundo totalmente vegano sería mejor. ¿Qué pasa con los pueblos nativos de pastores/recolectores? ¿Y qué ocurre con las razas y especies de la ganadería ecológica extensiva… que desparecían en un entorno totalmente plant based? No todos tenemos por qué ser iguales. No es lo mismo vivir en Londres que en un pueblo del Chad. Hay que tener cuidado con ciertas ideas, porque, en caso de querer imponerlas en todas partes, puede ser peor el remedio que la enfermedad. El hombre blanco siempre tiene la aspiración de creerse moralmente superior a los demás pueblos y, tarde o temprano, a imponer sus ideologías. Aquí es donde el libro se muestra más vulnerable.
Redacción
MÁS INFO
Nº de páginas:312
Editorial:CAPITAN SWING
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Tapa blanda
ISBN:9788412708523
Año de edición:2023
Traducción: Elías Ortigosa