Pablo Bolaño arremete contra los campos de golf. Consumen una cantidad inusitada de agua para beneficio sólo de las élites.
En otros tiempos, los humildes pedían “la tierra para quien la trabaja”. Ahora, hay que pedir la tierra y el agua. “En España se riegan cada día 437 campos de golf”, señalan diversas fuentes activistas. Es decir que la cifra “supone un consumo de agua superior al de las poblaciones de Madrid y Barcelona sumadas”. Todo ello para un entretenimiento que disfruta apenas un 0,6% de la población. Las élites no tienen derecho a sacrificar un bien común y tan necesario, especialmente en tiempos de sequía, para el uso de unos pocos. La región más seca de España, Andalucía, es la que más campos de golf ostenta.
“OTROS USOS”
El ingeniero agrónomo Rogelio Nogales ha señalado a EFE que el gasto total de agua que se destina a lo que la Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía llama “otros usos” va, en su mayoría, a campos de golf, y que, analizando sus informes, se calcula que gastan 180 hm3 al año, lo que supone un 2% del consumo total. Nogales sostiene que el agua urbana -la destinada a uso humano- supone un 12,8% de lo que se consume en Andalucía, por lo que, si se extrapola a los 8,42 millones de personas que viven en esta comunidad autónoma, el resultado que se obtiene es que los campos de golf consumen tanto como 1.193.000 habitantes (algo menos que las ciudades de Sevilla y Málaga juntas). Sólo en Andalucía. Un despipote. Por otro lado, Andalucía es la zona geográfica del planeta que concentra más cantidad de campos de golf. Justo en uno de los lugares más secos y con más riesgo de desertificación. ¿Alguien me puede explicar esta locura? Las élites gobiernan el mundo a su antojo. Gestionando recursos que nos pertenecen a todos.
CONTRA LA BIODIVERSIDAD
Rafel Yus, biólogo, deja claro que los campos de golf juegan en contra de la biodiversidad y del paisaje tradicional. Rompen el equilibrio natural. No es oro todo el verde que reluce. “Nosotros criticamos mucho ese verdor. El verdor de un campo de golf es ficticio y con un coste ecológico bastante importante. Además, aunque algunos mezclan aguas residuales, por mucho que se diga, ahora son también muy importantes para la agricultura”. Incluso cuando los campos de golf utilizan aguas recicladas, están usando un recurso que nos pertenece a todos, especialmente en tiempos de una gran sequía y escasez. La sobreexplotación de los acuíferos va a traer, en breve, consecuencias desastrosas para nuestra sociedad. También en lo económico.
REBELIÓN O EXTINCIÓN
El colectivo Rebelión o Extinción bloqueó el año pasado algunos hoyos del campo de golf Club de Campo Villa de Madrid. “Cada uno de los agujeros que hemos tapado con cemento engulle diariamente más de 100.000 litros de agua, ya que este campo de golf goza de 4,5 hectáreas de césped por hoyo. Mientras Europa sufre las peores sequías de sus últimos 2110 años, en España se riegan cada día 437 campos de golf”. Dijeron los activistas. También explicaron que “mientras batimos récords de temperatura y se seca Doñana, el presidente de Andalucía reclama más agua para los campos de golf, futbolistas franceses se ríen cuando les preguntan si cambiarían su jet privado por un tren y empresarios estadounidenses lanzan cohetes al espacio para hacer turismo o con el macabro objetivo de huir del planeta cuando no sea habitable”. Qué razón llevan estos activistas. Aquí tenéis imágenes del bloqueo. https://osalto.gal/cambio-climatico/tapan-con-cemento-los-hoyos-de-un-campo-de-golf-en-madrid-para-denunciar-el-despilfarro-de-agua
NO TODO ES MALO
No. No todo es malo. No. Generan trabajo, riqueza, atraen a un turismo selecto y que deja buenos dividendos en nuestro país. Todo esto es cierto. Incluso podríamos decir, poniéndonos del lado del abogado del diablo, que los campos de golf están haciendo todo lo posible para ahorrar agua y para utilizar aguas recicladas. Los creados recientemente utilizan los recursos hídricos de una forma mucho más eficiente que los diseñados hace dos o tres décadas. Podría decirse, además, que quizás la sociedad entera se beneficie del esfuerzo que están realizando para desviar la mala imagen que tienen y de las inversiones que realizan para encontrar nuevas formas de generar menos impacto ambiental. Pero no es suficiente. La diversión de unos pocos no puede conllevar el sacrificio de bienes tan básicos y comunes. Es pan para hoy y miseria para mañana. Desde The Med Fest dicen: “Tiene que haber una política migratoria. Y es que 3.3 mil millones de personas están viviendo en lugares con un alto impacto de vulnerabilidad al cambio climático. Además, se prevén escenarios negativos reales en los que hasta 216 millones de personas en todo el mundo podrían verse obligadas a moverse dentro de las fronteras nacionales para 2050”. Podemos ser nosotros mismos los que, en breve, tengamos que emigrar a zonas en las que el agua no sea tan escasa. Mientras, los ricos extranjeros y los autóctonos la despilfarran. Pronto, habrá que ponerle freno a esta locura. Mejor por las buenas… No será de extrañar, pues, que se sigan bloqueando hoyos. Los activistas seguirán creciendo y sus acciones serán cada vez más contundentes…
Pablo Bolaño