Según algunos analistas, en 2035 España podría quedarse sin una parte importante de la producción de sus tomates. Y todos los tomates que consumiéramos, o casi, se importarían de terceros países… Una locura más del mercado global. Un disparate en todos los sentidos. ¿Alguien sigue creyendo que la ley de la oferta y la demanda solucionará los males del mundo moderno? Si no tenemos tomates, tampoco tendremos tomates ecológicos.
¿Se tendrá que importar tomates de no se sabe dónde para las próximas “tomatinas” de Buñol a partir de mediados del siglo XXI?
Se ha publicado recientemente en algunos medios. Los datos presentados por la propia Comisión Europea prevén una importante caída del 21,5% de la superficie y del 22% de la producción de tomate fresco en España hasta 2035, por la competencia desleal de la producción de terceros países. “Lo más grave de todo es que la Comisión es consciente de ello y no pretende poner remedio”, se lamentó Andrés Góngora, de COAG Granada.
TOMATES QUÍMICOS
En determinados países, se utilizan productos químicos muy nocivos en la industria agroalimentaria que están prohibidos en la UE. Las condiciones de producción también son desiguales. Los costes salariales son muy inferiores y los requerimientos de las condiciones laborales y sociales también. Todo ello hace que las producciones de fuera, procedentes de terceros países, compitan deslealmente a su entrada en los mercados europeos. Por todo ello, producir tomates en España pronto no va a salir a cuenta. En España, habrá que importar tomates… ¡Qué disparate! Ocurrirá lo mismo con el sector ecológico. Dejar el mercado al tuntún de las leyes de la oferta y la demanda y de los intereses cortoplacistas de la clase política es tirarse a un despeñadero. Todo esto es malo para la salud, para el ambiente, para la economía y hasta para las gentes de esos terceros países. Pues está claro que aquellas tierras que se dedican a la exportación… acaban sucumbiendo a los desastres ambientales, la pobreza y la dejadez.
OBSERVATORIO DEL MERCADO DEL TOMATE
Durante la reciente reunión del Observatorio del Mercado del Tomate de la UE, el responsable de COAG reclamó medidas urgentes a nivel europeo contra la competencia desleal de las importaciones de terceros países. “¿Quiere la UE depender de Mohamed VI a la hora de elaborar sus ensaladas? A priori, resulta como mínimo inquietante”, subrayó Góngora. En 2050, nuestro territorio estará totalmente desertizado, en todos los ámbitos. Los que puedan… comerán tomates venidos de no se sabe dónde. La temperatura ascenderá irremediablemente más todavía y lo que está por venir puede ser terrible. De locos… La aceleración de los desastres es cada vez más desacomplejada.
Pablo Bolaño