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20 de marzo de 2025BANANAS DE COSTA RICA
“Le Monde” denuncia enfermedades y ceguera por exposición a pesticidas
Costa Rica es uno de los tres países exportadores de bananas más importantes del mundo. Del país centroamericano salen cada año 120 millones de cajas de bananas. Un negocio de mil millones de dólares que le sale muy caro a la salud de los trabajadores de las plantaciones y de los ecosistemas locales.
Costa Rica es un gran productor de bananas. Sus clientes son, principalmente, Estados Unidos y los países de la Unión Europea. “Le Monde” ha reportado en un reportaje los problemas que padecen los trabajadores de las plantaciones expuestos a los abundantes pesticidas que se utilizan para tratar a los bananeros. La noticia está recorriendo el mundo por las redes.
LAS EMPRESAS
Las empresas Chiquita, Del Monte y Dole –tres multinacionales agroindustriales que representan el 80% de las exportaciones de banano del país– son los principales empleadores de las zonas de bananeros. Otras empresas también utilizan métodos similares. Otros países productores de bananas son Ecuador, Guatemala y Filipinas. Probablemente, en esos países se repiten las mismas circunstancias que están acaeciendo en Costa Rica.
LOS PESTICIDAS
La utilización de productos como el clorotalonil, el mancozeb y el clorpirifos, todos asociados con efectos potencialmente cancerígenos y neurotóxicos, afecta de manera considerable a los trabajadores agrícolas y la población cercana a las plantaciones, según ha informado también, recientemente, “The Guardian”. Para acabar con las plagas, se utilizan medios no selectivos. Todos los seres vivos de esas áreas acaban expuestos, y no sólo los trabajadores de las zonas agrarias. Los problemas también afectan a la población humana más vulnerable de la zona, mujeres embarazadas, niños, ancianos, etc.
PROVINCIA DE LIMÓN
Según ha informado “El Mundo”, “en el municipio de Matina, en la provincia de Limón, donde se localiza la plantación Limofrut del grupo Acón, Lidieth Gómez, madre soltera de tres hijos, es uno de los casos investigados por el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (IRET) de la Universidad Nacional de Costa Rica. Ella y otros 450 participantes han reportado síntomas como ardor en los ojos, picazón, náuseas y mareos debido a las fumigaciones aéreas de cultivos con pesticidas”.
DAME VENENO
“Siempre estamos expuestos al veneno mientras trabajamos. Escribí una queja a la empresa, pero fue inútil”, ha explicado a los medios Gérman Jiménez, de 51 años, que cobra 32 dólares al día por aplicar herbicida de entre las 4:30 y las 11:00 de la mañana. A pesar de las regulaciones internacionales como el Convenio de Rotterdam que controlan la exportación de sustancias peligrosas, los productos prohibidos en Europa siguen siendo producidos y exportados a países como Costa Rica. Desde 2019 hasta 2021, la UE prohibió varios pesticidas bajo el argumento de sus potenciales efectos cancerígenos y disruptivos endocrinos/hormonales. Las personas expuestas se quedan ciegas, padecen diversas patologías, aumentan las tasas de cáncer y otros problemas de salud…
SITRAP
Frente a esta situación, el sindicato Sitrap ha demandado el respeto de los derechos humanos de los trabajadores agrícolas. Sin embargo, las empresas multinacionales como Dole y Chiquita International han alegado que sus prácticas cumplen con las normativas de seguridad y calidad vigentes. Las grandes empresas cuentan con abogados muy prestigiosos y triquiñuelas legales que anulan las protestas de los trabajadores enfermos.
REVOLUCIÓN ORGÁNICA
Pero, afortunadamente, la revolución orgánica en la zona empieza a tomar forma en el área. Mientras las grandes empresas queman la salud de los trabajadores, de las aldeas y de los ecosistemas, algunos agricultores costarricenses como Marina López, de la comunidad autóctona Bribri, optan por métodos de cultivo orgánicos y sustentables, promoviendo la biodiversidad vegetal y rechazando el uso de agroquímicos. “Aquí todo es ecológico. Nuestros antepasados nunca trabajaron con agroquímicos, y yo he optado por no hacerlo tampoco. Las bolsas azules de plástico llenas de pesticidas que se utilizan en las plantaciones intensivas acaban en los ríos, en el suelo y en nuestros alimentos. No creo que esto sea desarrollo. El verdadero desarrollo es proteger la biodiversidad”, ha dicho López.
Redacción