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17 de septiembre de 2024BIOCOP/JOAN PICAZOS
Fiesta de reconocimiento a un clásico del sector
El pasado sábado se llevó a cabo, en la sede de Biocop (Lliçà de Vall, provincia de Barcelona), una gran fiesta de reconocimiento, por su jubilación, a Joan Picazos, un histórico y clásico del sector ecológico, en Catalunya y en toda España, y Europa. Se dieron cita en las instalaciones de la empresa cerca de 180 personas, entre ellas algunos otros prohombres del gremio y no pocas mujeres que han creado escuela. Pedro B. ha escrito una crónica personal del asunto.
La jubilación puede ser un final, un cierre, pero también es un nuevo comienzo
Catherine Pulsifer
Era una fiesta sorpresa. Todo el mundo estaba “conchabao” y lo sabía. Excepto el susodicho. Cuando llegó a las instalaciones de la que fuera la empresa por él dirigida (ahora le ha cedido el testigo a uno de sus hijos), con una excusa tan surrealista como escatológica, se llevó uno de los grandes pasmos de su vida, o, al menos, una de los más notorios. Familiares, amigos, trabajadores, socios, conocidos y prohombres y grandes damas del sector ecológico se dieron cita allí para festejar que un clásico del sector, el bueno de Picazos, se jubilaba. Todo eran caras sonrientes y hasta hubo lágrimas y momentos para la sentida emoción.
Fotos: Juan Miguel Morales
EL DESFILE
Por el escenario fueron desfilando hijos, empresarios, socios, amigos y prescriptores que fueron deseando sus mejores anhelos para esa nueva etapa que ahora empieza Joan. Los y las hubo que, desde la familia, recordaron más al padre que al ecoemprendedor. Los y las hubo que, desde la tribuna de los negocios, recordaron más al estratega que al amigo. Y los y las hubo que, desde la compañerismo, recordaron más al colega que al empresario. Risas, lágrimas y un poco de todo. El homenajeado recibió lustrosos obsequios, como discos incunables y viejos vinos de leyenda.
MÚSICA Y CATERING Y PESOS PESADOS
Vimos a muchas personas conocidas. Además de amigos, familiares y trabajadores de la empresa, también estaban entre los invitados muchos pesos pesados del sector ecológico nacional e internacional, del mundo de la salud natural, etc. También asistieron los actuales socios europeos de Biocop, Léa Nature y Ekibio. Imposible citar a todos los varones y damas del sector que encontramos en el mentado y orgánico guateque. Comimos de lo lindo e hizo una temperatura espectacular. Ni frío ni calor. El catering de Nómadas consistió en un sinfín de platos y bebidas, todo en ecológico, como no podía ser de otra manera, que hicieron las delicias del respetable. A nosotros nos gustaron, especialmente, las croquetas de cabrales y las de boletus. Un grupo tributo de música de los 80 se encargó de alegrar el sarao, Mala Vida. El público se lo pasó en grande tatareando y bailando canciones de Los Secretos, Nacha Pop, Simon & Garfunkel, Alaska y/o El último de la Fila. Raphael también estuvo entre los versionados. Por lo menos, no hubo reggaetón, un gran logro. Vimos algunos encorbatados y señoronas del mundo “bio” desmelenarse ante la tremenda ristra de grandes éxitos servida a bocajarro y todo volumen. Tenía su gracia, la verdad, verles fuera de sus papeles habituales.
Foto: Juan Miguel Morales
GATO PÉREZ
Gato Pérez ya había dicho, en su momento, en una enorme canción por completo ajena al buenismo positivista tan políticamente correcto de hoy, que “los amigos son la verdad”… Así que, una vez que asistimos con paciencia a los parlamentos y a la cabalgata de “hits” ochenteros, después de nutrirnos ávidamente con los estupendos manjares, tuvimos ocasión, también, para dedicarnos a lo que nos gusta: conversar con amigos y allegados. Porque es verdad que en fiestas de este tipo, bautizos, bodorrios y entierros… encuentras a gente con la que hacía tiempo que no hablabas. Y ciertas conversaciones son necesarias y más cuando se entablan con personas que tienen criterio, rigor y sabiduría. Antes de irme, lejos del bullicio cercano al proscenio, algunos camaradas y servidor nos hacíamos preguntas sobre la realidad actual (que, dicho sea de paso, no deja de ser un espejismo). ¿Por qué la extrema derecha ha sabido capitalizar en algunos países la oposición a la vacunación sistemática, cuando el movimiento que pone en tela de juicio la inocuidad vacunal (algunos de sus fundadores estaban entre los invitados) nació en las antípodas de ese tipo de ideologías nazis? ¿Por qué la gente joven del mundo “bio” ha perdido el activismo y el coraje de los pioneros (muchos, allí presentes, hoy con escarcha en la residual melena que va quedando y mirada algo perdida) y, por ende, el sector ecológico está cada vez más descafeinado y soso? ¿Qué influyó más para que Catalunya fuera precursora del movimiento orgánico en España, al principio de los principios, la cercanía francesa o la herencia anarconaturista? ¿Por qué el sector “bio” tenía en sus orígenes un ramalazo espiritual que ha ido decayendo hasta equipararse a los sectores ecologistas al uso, materialistas y pragmáticos? ¿Por qué hay tantos veganos que no son “bio”… haciendo gala de una extraordinaria incongruencia? ¿Por qué conviven el crecimiento de la comida basura y el de la alimentación orgánica y no van uno en detrimento del otro? Difíciles respuestas en un mundo cada vez más complejo y confuso. En fin… Preguntas de viejos chochos, rancios y cansados, que cada vez entendemos menos el mundo en el que vivimos… Un mundo que muestra señales inequívocas de un futuro colapso a corto plazo…
Pedro B.
Fotos de este reportaje: Juan Miguel Morales