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10 de enero de 2023BIODIVERSIDAD/COP15
Un acuerdo histórico, pero insuficiente
La Conferencia de Biodiversidad de la ONU, la COP15, concluyó recientemente en Montreal con un acuerdo histórico para proteger el 30% de las tierras, zonas costeras y aguas continentales del planeta para finales de la década. Actualmente, un millón de especies están en peligro de extinción, y, si las especies continúan perdiéndose de forma exponencial, las funciones de los ecosistemas, vitales para la salud humana y la vida, seguirán perturbadas. También perderemos con cada especie extinguida un remedio para un problema sanitario.
Los ecosistemas proveen bienes y servicios que sustentan toda la vida de este planeta, incluyendo la vida humana. Hasta ahora, las leyes económicas no han tenido todo ello en cuenta. Pero, ante un previsible colapso económico/energético/ecológico, desde diversos puntos de vista… los expertos empiezan a llamarle a las cosas por su nombre.
UNA FARMACIA PLANETARIA
Cuando perdemos un ecosistema, es imposible sustituirlo. No hay dinero en el mundo que pueda pagarlo. Lo mismo ocurre con las especies. No se pueden recrear. Ni ellas ni sus funciones. La mayoría de las medicinas prescritas en los países industrializados proceden de compuestos naturales producidos por animales y plantas. Por otro lado, mil millones de personas en el mundo en desarrollo depende de plantas médicas tradicionales para la atención primaria de la salud. Si estos animales y vegetales desaparecen, la población se enfrentará a un problema de dimensiones colosales. Y el sistema médico mundial entrará en una espiral destructora.
ALGUNOS EJEMPLOS El “El Mundo” hemos leído: “Muchas curas de la naturaleza son familiares: los analgésicos como la morfina procedentes de las amapolas de opio; la quinina antipalúdica producida por la corteza del árbol cinchona de América del Sur; o el antibiótico de la penicilina que generan unos hongos microscópicos; mientras los microbios descubiertos en el suelo de RapaNui (Isla de Pascua) combaten las enfermedades del corazón al reducir el colesterol. Otros tratamientos, en cambio, no son tan conocidos por el público general, pero el AZT, por ejemplo, uno de los primeros medicamentos contra el VIH/SIDA, provino de una gran esponja de aguas poco profundas que vive en el Caribe, que resulta ser la misma esponja que produjo antivirales para tratar el herpes y sirve como fuente del primer medicamento contra el cáncer de origen marino autorizado en Estados Unidos.12-12-2022-polar-bears-unsplash.jpeg”. La ciencia ha identificado 2 millones de especies. Pero todavía hay muchas más por descubrir, estudiar y clasificar. Algunas de las enfermedades que hoy no tienen cura encontrarán sus remedios si no seguimos perdiendo diversidad. La salud del ser humano está en manos de la Madre Naturaleza.
OSOS POLARES
Los osos polares, al borde de la extinción, tienen en sus organismos remedios para algunas de las enfermedades más frecuentes del “homo tecnologicus”. Sus huesos son inquebrantables, a pesar de que durante largos periodos apenas se mueven; sus riñones son como rocas, a pesar de que dejan de funcionar durante meses; por diversas razones, los osos polares guardan en sus organismos los secretos para diversas enfermedades de la civilización. Pero los ecosistemas en los que han vivido durante miles de años… están despareciendo. Y, con el ecosistema, desaparecerá también el oso polar. Y quizás perdamos la oportunidad de curar a muchas personas. Porque…· actualmente, el 13% de la población mundial es clínicamente obesa, y se prevé que el número de pacientes con diabetes tipo II aumente a 700 millones para 2045
· a lo largo de sus vidas, una de cada tres mujeres mayores de 50 años y uno de cada cinco hombres experimentarán fracturas óseas relacionadas con la osteoporosis
· sólo en los Estados Unidos, la insuficiencia renal mata a más de 82,000 personas y le cuesta a la economía 35 millones de dólares al año
Si derretimos los polos, ¿cómo curaremos nuestros riñones?
LA PÉRDIDA DE ESPECIES
Contaminamos y destruimos los mares, los ríos, los lagos, las montañas, las estepas, hasta los desiertos. El calentamiento global y la pérdida de la diversidad son las dos grandes amenazas que se ciernen sobre nosotros. Esas dos amenazas funcionan “en colaboración”. Se retroalimentan. Combatir la pérdida de biodiversidad es combatir, también, el calentamiento global y la crisis de temperaturas. Y viceversa. Si no reducimos significativamente nuestro uso de combustibles fósiles, asistiremos a una distopía anunciada. No sabemos si estamos a tiempo de detenerla. Pero sí sabemos que podemos elegir escenarios más graves o menos graves. Y todo ello afecta a nuestra salud, a nuestra economía, a nuestra calidad de vida, a todo.ECOSISTEMAS ENFERMOS Y HUMANOS ENFERMOS TAMBIÉN
Las mermas en la biodiversidad afectan de mil maneras distintas a la salud de los ecosistemas y, por ende, a la salud de los humanos. Los datos sin ideología muestran que el 60% de las enfermedades infecciosas humanas, por ejemplo, la malaria y la covid, son zoonóticos. Han llegado a los organismos humanos tras la migración de otros seres que vivían en esos ecosistemas degradados. El virus que causa el VIH/SIDA, y que ha matado a más de 40 millones de personas hasta la fecha, probablemente saltó de los chimpancés. Algunos expertos señalan que 10.000 virus zoonóticos circulan en silencio en la naturaleza hoy en día y son capaces de pasar a nosotros desde otras especies. La debacle sanitaria está a un tris de llegar y crear un mundo totalmente distópico.CONCLUSIÓN
No se puede hablar de salud humana sin salud ecosistémica y planetaria. Proteger la biodiversidad es proteger la salud de las sociedades humanas. Alterar la Naturaleza y destruirla, extinguir las especies vegetales y animales… es tirarnos bombas contra nosotros mismos. Por un lado, perdemos oportunidad para crear remedios a algunas de las enfermedades que nos asuelan y a las que están por venir… Y, por otra parte, degradamos los ecosistemas y provocamos migraciones de virus, que ahora campan a sus anchas. Esto es la crónica de un desastre anunciado. Los acuerdos de la COP15 son necesarios y, a todas luces, insuficientes. Estamos llamados al fracaso como especie si no tomamos resoluciones/políticas más valientes. El enfoque de salud tiene que ser global, colaborativo, multisectorial y transdisciplinario. Y gobiernos, autonomías, municipios, instituciones internacionales… tienen que colaborar. Los problemas no entienden de fronteras. Si no obramos en consecuencia, sólo nos espera el sufrimiento. Y una vida indigna para las generaciones venideras. Y el agotamiento de todos los recursos y, también, por supuesto, de los recursos económicos. Pues no hay economía sin Naturaleza. No es viable. No existe. Tomen nota. Aprendamos de los pueblos vernáculos y defendámoslos. Ellos han vivido desde hace miles de años en armonía con la Tierra sin degradarla. El Sistema es el problema. El sistema político/económico/energético… en el que vivimos es un fraude y un cáncer.Pablo Bolaño