El sector de la producción agroalimentaria ecológica quiere conseguir que los alimentos ecológicos producidos o elaborados en Catalunya puedan diferenciarse con un sello distintivo que los diferencie de los alimentos ecológicos importados. Por ahora, los productos con la acreditación del Consell Català de la Producció Agrària Ecològica (CCPAE) pueden proceder de otras zonas del Estado, de la Unión Europea e incluso de terceros países.
Esto provoca situaciones de competencia que perjudica a algunos operadores catalanes. De una parte, por una cuestión de escala productiva, sobre todo en las empresas pequeñas y medianas. Y por otra parte, porque algunos subsectores se rigen aquí por normas técnicas más rígidas que en otras comunidades autónomas u otros países, debido al margen de interpretación del Reglamento Europeo. La distinción de producto local o de proximidad podría darles el valor añadido que necesitan para situarse con mayor ventaja en un mercado que aprecia criterios de proximidad.
BARRERAS
Ahora bien, el propósito choca con barreras importantes por parte de la legislación europea que rige la producción eco y no permite la distinción de los alimentos certificados según su origen. Además, existen también dificultades técnicas relacionadas con los criterios a aplicar. Por ejemplo, podría certificarse como alimento eco catalán la carne de ganado que no ha nacido en la comunidad autónoma, ¿pero sí se ha criado? ¿O qué porcentaje de ingredientes de proximidad debería tener un alimento para considerarse catalán?
JORNADA
Todas ellas son cuestiones que diferentes representantes del sector ecológico trataron en la jornada que tuvo lugar el jueves 14 de diciembre en el Pati Manning de Barcelona, bajo la organización de la Aliança Fulla Verda. La plataforma reúne en su seno todos los eslabones del sistema agroalimentario ecológico catalán, desde la producción al consumo, pasando por la divulgación, y la investigación. Salomó Torres, de la Asociación Empresarial de Agricultura Ecológica AE2, presentó la alianza como grupo de presión que trabaja en pro del conjunto del sector.
Él fue el encargado de abrir la sesión y después de su intervención dio paso a la charla principal, a cargo de Xabier Lejarzegi, coordinador del Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi/Ekolurra, que explicó la experiencia de este organismo de control en el diseño de la acreditación Ekolurra Alimentos Ecológicos de Euskadi.
DE PROXIMIDAD
A continuación, Ferran Berenguer, responsable nacional de Agricultura y Ganadería Ecológicas de Unió de Pagesos, y José María Hervás, representante de Sectorial de Cooperativas de Consumidoras Agroecológicas, expusieron la necesidad de disponer de un sello ecológico catalán. Isidre Martínez, responsable de la producción agroalimentaria ecológica del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural, explicó las dificultades jurídicas de poder dotarse de un sello ecológico catalán y apuntó que el término “de proximidad” tendría más posibilidades. A su juicio, es una apuesta que tendría sentido y que tomaría más fuerza si se hiciera desde todo el sector eco europeo.
MESA REDONDA
Al finalizar las intervenciones, se abrió una mesa redonda a la que se sumó David Torrelles, presidente del Consell Català de la Producció Agrària Ecològica, y que moderó Montse Escútia, de la Asociación Vida Sana. Las palabras del público reafirmaron el interés por una distinción que diferenciara los alimentos eco catalanes y se apuntaron algunas líneas de trabajo que podrían dar algunas posibilidades.
LEGISLACIÓN EUROPEA
En 2019, el Departament d’Acció Climàtica ya encargó un estudio sobre esta cuestión que evidenció las dificultades jurídicas de la propuesta. Este 2023, después de que el proceso participativo para un nuevo Pla d’Acció de la Producció Agroalimentària Ecològica pusiera la demanda de nuevo sobre la mesa, el DACC ha encargado un nuevo estudio para intentar encontrar salidas viables que no choquen con la legislación europea.
Redacción