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18 de junio de 2025
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18 de junio de 2025
FALTA DE EXPOSICIÓN SOLAR VS CÁNCER DE PIEL
Aumenta la carencia de vitamina D al mismo tiempo que las tumoraciones
Vivimos en un mundo tan loco que aumenta de forma grave el cáncer de piel al mismo tiempo que cada vez más ciudadanos sufren las consecuencias de no exponerse convenientemente a la luz solar. La deficiencia de vitamina D, que puede ser causada por una exposición insuficiente a la luz solar, es un problema de salud común cada vez más frecuente. La vitamina D es esencial para la salud ósea y para la función de diversos sistemas en el cuerpo, y la falta de exposición solar puede llevar a niveles bajos de esta vitamina y a consecuencias diversas en la salud de los afectados/a. O no tomamos el solo suficientemente, o lo tomamos de la peor manera posible. Todo ello es fruto de una sociedad realmente enferma... y esquizofrénica.
La vitamina D ocupa una posición especial entre las vitaminas, ya que su principal necesidad no se cubre a través de la dieta, sino que la produce nuestro cuerpo por sí mismo mediante la propia luz solar. El 80-90% de las necesidades de vitamina D las puede cubrir el propio cuerpo con la ayuda de la luz solar. Sin embargo, en la práctica, hay una serie de factores que se interponen en la producción suficiente de vitamina D. Así, nuestra vida moderna, que transcurre principalmente en interiores, puede dificultar un aporte adecuado de vitamina D. Además, hay otros factores que también influyen en la producción de vitamina D en el cuerpo. Pasamos mucho tiempo dentro de edificios, nos cubrimos demasiado en invierno y nos destapamos en verano pero a las peores horas del día y nos exponemos demasiado, con nefastas consecuencias para nuestra salud.
AUMENTA EL CÁNCER DE PIEL
El cáncer de piel es una enfermedad evitable; más del 90% de los cánceres de piel se podrían prevenir. Según datos recientes del Ministerio de Salud, en España se diagnosticaron 20.854 casos nuevos y se registraron 1.882 muertes por cáncer de piel en 2024. La sobreexposición a los rayos ultravioleta es la principal causa de esta enfermedad, y es un factor modificable a lo largo de la vida. El problema es que los cánceres son cada vez más y, además, se manifiestan a edades cada vez más tempranas.
RECOMENDACIONES
Las recomendaciones para evitar la tumoración en el mayor órgano de nuestro organismo, la piel, incluyen evitar la exposición solar en las horas centrales del día, buscar sombra, utilizar gorros o sombreros de ala ancha, gafas de sol con protección UV, ropa que cubra la piel, especialmente de manga larga, aplicar protectores solares (mejor, si son ecológicos). Además, es fundamental evitar el uso de cabinas de bronceado, ya que su radiación ultravioleta también aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Protegerse del sol es la medida más eficaz contra el cáncer de piel. Aunque disfrutar al aire libre es saludable, la exposición prolongada o inadecuada a los rayos ultravioleta (UV) es el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad. Por eso, los expertos insisten en la importancia de incorporar hábitos de fotoprotección en nuestra vida cotidiana, especialmente durante los meses de mayor radiación.
¿EN QUÉ QUEDAMOS?
¿En qué quedamos? ¿Tenemos que tomar el sol o no tenemos que hacerlo? Sí. Hay que darse baños de sol. Pero de forma prudente. Hay que tomar más el sol en invierno. Y, en verano, hacerlo en las horas del día en que la fuerza del sol es menos apabullante. Durante los meses de invierno, la falta de exposición solar puede reducir los niveles de vitamina D en el organismo, afectando a la salud de los huesos y aumentando el riesgo de fracturas y osteoporosis. Durante los meses de frío (cada vez menos, debido a la urgencia climática), es preciso darse de baños de sol durante el día. Hay que salir de los edificios y entrar en contacto con el astro rey.
SIN VITAMINA D
Más allá de su función fundamental en la salud ósea, la vitamina D también desempeña un papel clave en el sistema inmunitario y muscular. Un déficit de esta vitamina puede derivar en problemas como:
- Pérdida de densidad ósea. La carencia de vitamina D puede provocar osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas.
- Dolor muscular y debilidad. La insuficiencia de vitamina D puede estar relacionada con dolores musculares crónicos y menor capacidad de recuperación.
- Sistema inmunitario debilitado. Algunos estudios apuntan a que bajos niveles de vitamina D pueden aumentar la susceptibilidad a infecciones respiratorias.
Los colectivos más vulnerables, mayores y enfermos, que no pueden salir a tomar el sol por razones de pendientes de su frágil movilidad, pueden instalar paneles en casa que emulan la luz solar y que aportan sus mismos beneficios.
CON CUIDADO EN VERANO
El verano trae consigo un mayor riesgo de cáncer de piel debido a la mayor exposición a la radiación ultravioleta del sol. La exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas pico, aumenta el daño al ADN de las células de la piel, lo que puede llevar al desarrollo de cáncer de piel. Es crucial tomar medidas preventivas como buscar sombra durante las horas más soleadas y usar ropa protectora. Los especialistas insisten siempre en lo nocivos que resultan los rayos ultravioleta para la dermis, tanto a nivel estético como de salud, ya que la exposición solar sin la protección adecuada favorece la aparición de arrugas, estropea la piel y, además, eleva el riesgo de cáncer de piel o cataratas, entre otros. La fotoprotección es una de las soluciones que hoy en día tenemos para cuidar nuestra piel. Lo idóneo es que el hábito de proteger la piel del sol se mantenga durante todo el año. El cáncer de piel es un tipo de tumor frecuente que se produce por el crecimiento anormal y descontrolado de las células de la piel cutáneas alteradas por la radiación ultravioleta (UV) procedente o bien de la luz solar o de las camas de bronceado. Se suele manifestar por tanto con mayor frecuencia en la piel expuesta al sol; no obstante, también se puede localizar en otras áreas que no están tan expuestas a radiación. Existen dos tipos principales de cáncer de piel: melanoma y cáncer de piel no melanoma.
ALEJANDRO CÁMARA
Alejandro Cámara Balda, doctor del Servicio de Endocrinología del Hospital San Pedro, en La Rioja, ha dicho: “Sí. Tenemos problemas con la vitamina D. Se trata de una combinación de varios factores aunque probablemente tenga bastante que ver con que vivimos en un país soleado pero situado por encima del paralelo 35. Esto no nos favorece y provoca que durante el invierno y la primavera la radiación ultravioleta quede atrapada en la capa de ozono, situación que nos protege a nivel de complicaciones en la piel pero disminuye mucho la síntesis de vitamina D durante estas dos estaciones del año. Por ejemplo, en La Rioja, una comunidad situada claramente por encima del paralelo 35, la síntesis de vitamina la tenemos que hacer en verano ya que por mucho que nos expongamos al sol en primavera o invierno no vamos a tener una eficiente síntesis de la misma. Esta situación es peor al norte de Europa, pero como ellos suplementan y fortifican muchos alimentos (leche y lácteos) lo acaban compensando mejor que nosotros, que hemos dado por supuesto que con el sol era suficiente. El color de la piel también influye mucho en la síntesis de vitamina D. Las personas con piel oscura tienen mayor concentración de melanina, lo que les protege del sol, pero también les resta capacidad de sintetizarla. Sin embargo, la piel más clara de los nórdicos, aunque aumenta el riesgo de sufrir quemaduras, les favorece de cara a su absorción”. También ha dicho: “Para mantener unos adecuados niveles de vitamina D es muy importante aumentar la exposición solar sin protección. Este es un tema que hay que discutir con los dermatólogos, pero en el que debemos encontrar el equilibrio, un punto medio en el cual se permita una mayor exposición al sol. Hay estudios que indican que depende mucho de la zona, del clima, si hay más sol, si hay más nubes… Pero como recomendación general, secundada por casi todos y que incluso los dermatólogos parecen dispuestos a aceptar, se considera que 10-15 minutos de exposición al sol sin protección en hora de máxima incidencia unas 3 veces a la semana resulta suficiente para mantener los niveles de vitamina D, no para recuperar niveles bajos. Lógicamente no es lo mismo en el sur que en el norte de España, si está todos los días nublados o no, pero esta recomendación es la que deberíamos tratar de seguir. Depende también de la superficie corporal que quede expuesta, pero en principio en esos 10-15 minutos de exposición sin crema no da tiempo a que se produzca la quemadura solar ni a que puedan aparecer otras complicaciones dermatológicas. Por este motivo, y casi en general, los dermatólogos también están de acuerdo con esta medida”. Pues, entonces, para claro el asunto. Hay que darse baños de sol pero con prudencia. En el equilibrio está la solución.
P. Bolaño



