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JUSTICIA ALIMENTARIA/Javier Guzmán
“El impacto de la publicidad alimentaria en los niños en nefasta”
Justicia Alimentaria estará en BioCultura Madrid 2025. Entrevistamos a Javier Guzmán, que capitanea la entidad. En el punto de mira, la publicidad directa e indirecta con el que se corrompe la alimentación de los más pequeños de la casa.
-En los 80, Alaska y los Pegamoides cantaban aquello de “Terror en hipermercado, horror en el ultramarinos”… ¿Eran unos visionarios?
-Llevamos más de 10 años trabajando con otras entidades del sector para intentar ponerle coto a la publicidad alimentaria. Porque hay una evidente relación entre la alimentación procesada y ultraprocesada y muchos de los problemas de salud que padecen nuestros hijos, nietos, etc. El asunto del no control en la actividad publicitaria tiene consecuencias nefastas en la salud de la ciudadanía. Reino Unido, Portugal… Otros países europeos ya han puesto límites a la nefasta publicidad, a través de regulaciones públicas. Nosotros llevamos retraso…
YA HAY UN BORRADOR
-Hay un borrador de decreto ya elaborado, si no tengo mal entendido…
-Efectivamente. Ese decreto tendría que haberse convertido ya, hace tiempo, en una nueva normativa que pusiera límite al desmán de la publicidad, especialmente en el apartado infantil. Pero la presión de los lobbies alimentarios es tan poderosa que no hay manera de avanzar. Escribimos directamente una carta a Pedro Sánchez llamándole a acelerar el proceso legislativo con respecto al decreto citado. Pero, hasta ahora, no ha habido manera. Con la industria hemos topado.
PUBLICIDAD SIN CONTROL
-En el tema de la publicidad descontrolada… que hace tanto año… ¿podríamos decir que las redes sociales han empeorado las cosas?
-Sí. Efectivamente. Las legislaciones actuales tienen ya una edad y se ciñen a la publicidad en los medios convencionales. Pero las redes lo han cambiado mucho. Los niños están enganchado a las pantallas y siguen a influencers que, a sueldo de la gran industria, sin saber ni de nutrición ni de nada, recomiendan a los pequeños productos altamente nocivos de empresas muy conocidas. Y sobre esto no hay ningún control. Nos quieren vender que son contenidos de entretenimiento pero, en la realidad, en la mayoría de los casos, se trata de publicidad encubierta. Se promocionan todo tipo de productos insanos directa e indirectamente. Es, digámoslo así, una publicidad muy sofisticada. Cada vez más sutil y más camuflada. De hecho, la gran industria ya invierte más en ese tipo de publicidad que en la publicidad convencional. Los niños ni saben ni pueden distinguir entre lo que es un contenido de entretenimiento y uno publicitario.
UN IMPACTO TREMENDO
-¿Cómo calificarías el impacto de todo esto en la salud de la población infantil?
-Tremendo. Nefasto. Enorme. El impacto es muy grande en cualquier ámbito pero, especialmente, en el ámbito alimentario. Personas que no tienen ningún tipo de formación aconsejan a los niños lo que comer, lo que beber… Son influencers con millones y millones de seguidores… Dentro de unos años, miraremos atrás y nos llevaremos las manos a la cabeza sobre cómo estamos actuando en este asunto. Y lo cierto es que la publicidad perniciosa campa a sus anchas. Nadie hace nada para remediarlo. La Administración mira hacia otro lado. Y, por si fuera poco, los cambios son tan vertiginosos en las tendencias sociales y tecnológicas… que, incluso con una legislación “atenta”, siempre vamos a ir por detrás de la tecnología y de los usos sociales.
LA OBESIDAD INFANTIL
-La obesidad en España es un problema grave… Y, más concretamente, la obesidad infantil…
-Sí. Y está íntimamente relacionada con todo lo que estamos hablando de la publicidad de alimentación basura. Muchos niños en España comen cada vez peor. Se presiona mucho para consumir determinados productos basuras. Las industrias no tienen filtro. Nadie se lo pone. Hay mucha obesidad, mucha diabetes tipo 2. Y lo que ya está llegando… Todo tipo de enfermedades gravísimas a edades cada vez más tempranas. Y todo para que unas empresas obtengan más dividendos. Estamos perdiendo nuestro patrimonio alimentario. Pronto, en las casas ya no habrá ni cocinas. Lo dejamos todo en manos de las empresas y a las empresas solo les interesan los beneficios. Todo esto es un drama. La salud depende de una buena alimentación. Lo ecológico no debería ser una excepción, sino lo normal.
¿QUÉ INTENTA LA INDUSTRIA?
-¿Qué intenta la industria con todas estas estrategias?
-Se trata de discapacitar a la población. Van a decidir por nosotros cuál tiene que ser nuestra alimentación. La soberanía alimentaria corre un serio peligro en España. Lo estamos dejando todo en manos de personas que miran, sobre todo, por sus intereses, ya sean financieros o políticos. Cuando seamos conscientes de la magnitud del problema sanitario que estamos creando… ya será demasiado tarde.
PLÁSTICOS A TUTIPLÉN
-En 2025 ha salido a la luz el estudio “Aditivos plásticos en la dieta: aparición y exposición dietética en distintos grupos de población”, una investigación del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, IDAEA-CSIC. Sorprendentemente, casi no ha tenido ninguna repercusión en los medios de comunicación pese a sus conclusiones impactantes en relación al boom de consumo de platos elaborados, ya que de las conclusiones se deduce que con los platos preparados comemos plástico (en forma de microplástico) y comemos comida contaminada con estos aditivos tóxicos (por migración). Es decir, hay un doble impacto en la salud de la persona consumidora.
-Sí. Así es. Vamos a sacar una nueva campaña, que presentaremos también en BioCultura Madrid 2025, sobre el tema de los plásticos en la alimentación. Los plásticos que envuelven nuestros alimentos no son inertes. Se producen migraciones de sustancias químicas tóxicas desde el plástico en cuestión al alimento. Si, además, calentamos esos alimentos envueltos en plásticos en microondas, por ejemplo, la contaminación puede llegar a ser doble y más poderosa. Ahora mismo, en algunas etiquetas de alimentos podemos leer “Apto para microndas”. Pero sólo significa que el producto se puede calentar en el microondas, no que no se vayan a producir migraciones de tóxicos desde el plástico al alimento. Es decir, más y más confusión, trampas, lenguajes dobles… Hay poco interés de la Administración en reglamentar estos asuntos en favor de los consumidor. Los lobbies, insisto, son muy importantes y poderosos.
Pedro Burruezo




