Una foto del taller y encuestas llevadas a cabo por el Proyecto CompartoClima en BioCultura BCN 2024. Gente joven y muy dinámica involucrada en la lucha contra el calentamiento global y la urgencia climática…
Pablo Bolaño se dio un paseo por BioCultura BCN 2024. Y nos envía su crónica de BioCultura BCN desde su prisma absolutamente personal y singular.
De mis disparates de juventud lo que más pena me da no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos
Pierre Benoit
En BioCultura BCN 2024 me han venido muchas cosas a la cabeza caminando por los pasillos de la feria y asistiendo a algunas de las conferencias. Por un lado, me sigue sorprendiendo el dinamismo y la capacidad de innovación y de fantasía del sector ecológico: no dejan de aparecer nuevos productos, nuevas empresas y muchas soluciones a los problemas a los que nos enfrentamos. Por otra parte, he visto mucha, muchísima gente joven en la feria. Tanto en los estands como en los pasillos y en muchas de las salas. Y no sólo de público. También impartiendo ponencias harto interesantes. Se está dando una renovación generacional. Esto es muy positivo.
LA SENECTUD DEL CAPITALISMO
Vi a Lluís Boada por allí, que, en su día, escribió “La senectud del capitalismo”. Efectivamente, el capitalismo está senil y tiene sus horas contadas. El problema, visto lo visto en el mundo, es que morirá matando. Y ello traerá y ya está trayendo mucho dolor al planeta en formas de distopías de diversa índole y conflictos bélicos por doquier protagonizados por un sionismo que quiere gobernar el planeta entero. ¿Cómo combatir esa tendencia? Pues no sé… Se me ocurre, principalmente, que, contra la senectud capitalista, juventud consciente, responsable, capaz de hacerle frente a la decadencia del Sistema. Más allá del caos que creen el colapso económico y la urgencia climática, necesitamos mucha gente joven capaz de plantarle cara al materialismo de predador con ideas y hábitos que sean ecológicos, justos, bellos, armónicos y dulces.
NUEVAS GENERACIONES
Uno pasea por los andenes de BioCultura y se encuentra con Fulano, con el que, hace veinte años, compartió clases en un taller sobre permacultura en no se sabe dónde. Fulano sigue casado con Mengana y sus hijos han montado una empresa de alimentación ecológica. Han venido a la feria, todos juntos, para inspirarse en el asunto de la mercadotecnia. Me despido de Fulano con alegría por verle con tan buen aspecto a pesar de su edad. Sin duda, la alimentación saludable y la vida desestresada sientan muy bien. Y, antes de llegar a la próxima isla de estands, me encuentro con X, que antaño regentaba un herbolario en una calle del muy castizo barrio de Malasaña. Me dice que ya es abuela y señala a un rapaz adolescente que dice ser vegano, pero añade: “Pero no soy vegano al uso. Sólo como productos veganos que, además de serlo, son también ecológicos. Porque, si no, no son tan sostenibles como la gente cree”. Pues la verdad es que no hay que tirar la toalla. Hay lugar para la esperanza. BioCultura se está renovando y da gozo ver a tanta gente joven con las ideas tan claras…
ZAGALES Y ZAGALAS
¿Serán todos estos zagales y zagalas capaces de darle la vuelta a la tortilla y detener el rumbo que el capitalismo ha tomado hacia la autodestrucción… cuando ellos estén al mando de la sociedad y nosotros estemos criando malvas? ¿Seguirán la senda materialista o serán más útiles al alma del mundo dotando de espiritualidad profunda cada uno de los actos de su vida? Es imposible saberlo. Los problemas a los que nos enfrentamos son de un calibre tal que, pase lo que pase, lo que sí sabemos es que hará falta algo más que consciencia para superar una ideología caduca, petroadicta y capaz de depredar y destruir hasta límites insospechados. El día en que todas esas señales de decadencia se manifiesten en Europa en toda su magnitud… y no en Oriente Medio, o en África, o en América Latina… veremos despertar a mucha gente. Quizás despierten los que ahora siguen dormidos mientras algunos jóvenes ya han decidido coger al toro por los cuernos. ¿Pero será entonces demasiado tarde? Quizás no. Ojalá que no. Hemos avistado a muchos jóvenes en BioCulturta BCN, como también hemos visto ya las primeras golondrinas… Todavía hay motivos para la ilusión.
Pablo Bolaño