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2 de enero de 2024SPEEDWATCHING
Un mundo con demasiadas prisas
El speedwatching es un fenómeno reciente muy común en las generaciones jóvenes, aunque afecta a todos los sectores de la población. Cada vez más personas reproducen los vídeos y pódcast de las plataformas a velocidades más rápidas de las que fueron producidos y, especialmente, los audios entre usuarios particulares de aplicaciones como WhatsApp. ¿Esto puede tener consecuencias? Una información de Pablo Ramos para los medios de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) en la que también se encuentran opiniones de Pablo Bolaño.
Esta tendencia, conocida como speedwatching, es mucho más frecuente en los grupos de adultos jóvenes y adolescentes, aunque todos los sectores de la población son susceptibles de recurrir a ella en algunas ocasiones, según los expertos. "El speedwatching es un modelo de consumo actual que ofrece varias ventajas, aunque también tiene consecuencias, más aún en las generaciones jóvenes que se encuentran en un periodo de formación y aprendizaje, así como en un proceso de madurez de capacidades como la atención, la retención, la comprensión y la memoria", apunta Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). No hace falta ser un experto para comprender que un mundo tan acelerado debe tener consecuencias negativas, especialmente en aquellos seres que están en formación aún, los pequeños y los adolescentes.
YOUTUBE
Desde que la plataforma de vídeo YouTube introdujo la posibilidad de acelerar la velocidad de un vídeo en 2010, distintas aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram, redes sociales como TikTok, y los pódcast o plataformas de vídeo en directo como Netflix o Amazon Prime Video ofrecen entre sus funciones la opción de incrementar la velocidad del contenido de 1x hasta 1.25x, 1.5x e incluso 2x. Una herramienta que hoy en día es una pauta común para el consumo de audios, vídeos y conferencias que el alumnado utiliza en su etapa educativa. "El speedwatching es la respuesta a visualizar las cosas desde un mundo con prisas, en el que la gestión de los tiempos de espera no es suficiente. De hecho, en muchas ocasiones y en muchos campos se está yendo demasiado rápido en este proceso, especialmente para los más jóvenes, incluso adolescentes", comenta Pérez. En muchos casos, se tiene prisa para nada… Porque muchos jóvenes y niños, y también adultos, ven de forma acelerada videos y mensajes en un tiempo en el que no tienen nada especial ni urgente que hacer. Pero sus cerebros van tan acelerados… que no pueden bajar el ritmo.CONSUMO ACELERADO
Entre los factores que explican el speedwatching destacan la disponibilidad de esta función en el reproductor, la falta de tiempo, el ritmo de vida o la ansiedad por no participar de alguna acción o actividad, también conocida como miedo a estar ausente o fenómeno FOMO, por sus siglas en inglés. A juicio de esta experta, la estimulación rápida y permanente genera una gratificación en el cerebro y no requiere tanto esfuerzo mental. "Y debido a esta estimulación constante, es normal que no se procese toda la información aportada y se pierda la valoración del esfuerzo que hace el emisor del mensaje, ya sea el profesor, un compañero o el propio producto audiovisual", advierte Pérez. En cuanto a datos concretos sobre el speedwatching, según el gigante tecnológico Google y Alphabet, "los usuarios de YouTube ahorraron un promedio de más de 900 años de tiempo por día al mirar vídeos a velocidades más rápidas".
QUIEREN VELOCIDADES MÁS ALTAS TODAVÍAdestacaba Neal Mohan, director de producto de YouTube en 2022. Y en el caso del pódcast, ocurre una situación similar. Las estadísticas del consumo del pódcast en español de 2023 publicadas por la plataforma iVoox reflejan que la mayoría de la población consume a velocidad normal los pódcast; sin embargo, el 10,48% los escucha a una velocidad acelerada. "La retención y comprensión de la información permite interiorizarla y desarrollar sobre esta base la capacidad crítica, pero con el consumo acelerado estamos anulando esa capacidad, así como la atención o la gestión de los tiempos de espera", explica la experta sobre los posibles efectos de esta tendencia de consumo. A estos pasos, los audios e imágenes se reproducirán a velocidades tan rápidas que los mensajes no se entenderán. Quizás de eso se trata… Consumir información sin asumir su contenido ni reflexionar sobre ello. Al fin y al cabo, lo mismo ocurre con muchas personas de edades maduras que pasan muchas horas delante de la televisión. Les da igual lo que ocurra en la pantalla. El asunto es estar “acompañado”.
"Aunque a muchos de nuestros usuarios les encanta esta función, para algunos la velocidad todavía no es lo suficientemente alta. Incluso hemos recibido solicitudes para agregar velocidades de reproducción de 3x, 3.5x y 4x",LAS CONSECUENCIASAsociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) detalla que reproducir más rápido un vídeo, en este caso una conferencia, afecta a la comprensión del contenido, aunque también tiene el beneficio de recibir una mayor cantidad de información en menos tiempo. No obstante, hay que tener en cuenta que las consecuencias y los réditos de esta forma de consumo dependen del conocimiento previo sobre la temática, el modelo de aprendizaje y el interés de cada persona. "Actualmente, vivimos en la cultura de la prisa y el estrés, un modo de vida que puede afectar en mayor medida a los jóvenes y menores en etapas educativas. Los adultos mayores tienen el cerebro formado, pero un menor, adolescente o joven se encuentra en una fase de construcción, por lo que su cerebro es más frágil y mucho más débil", argumenta la psicopedagoga, quien detalla que, si este tipo de consumo se prolonga o se convierte en costumbre, "se necesita mucho más esfuerzo para contrarrestar el daño que esto haya podido ocasionar en capacidades como la atención, la concentración, la retención, la memoria o la crítica, así como en el desarrollo cognitivo, emocional y social". Probablemente, el daño que se ha hecho ya en toda una generación es irreversible. Los resultados verdaderos los veremos más adelante. Muchos de ellos serán personas que responderán de forma inmadura ante los problemas de la vida. Y, creo, serán incapaces de adquirir compromisos que sean duraderos.
A pesar de ser un fenómeno relativamente reciente, ya existen investigaciones sobre las posibles consecuencias y riesgos del consumo de productos audiovisuales a una velocidad acelerada. En este aspecto, un reciente trabajo de laOTROS ESTUDIOSestudios recientes explican que los adultos más jóvenes pueden ver vídeos de conferencias a velocidades más rápidas sin déficits significativos en la memoria, mientras que el rendimiento de los adultos mayores a velocidades más elevadas se ve afectado. Es más, las velocidades de reproducción más rápidas pueden llegar a reducir las distracciones en los jóvenes, un grupo social más propenso a distraerse. Sin embargo, a pesar de que no existen inconvenientes demostrados en adultos o estudiantes universitarios, los expertos se muestran contrarios a acelerar los vídeos simplemente para ahorrar tiempo. De forma destacada, porque cada vídeo o audio tiene una complejidad, dificultad, diálogo y superposición audiovisual específica que pueden perderse al aumentar su velocidad. Habría que añadir que uno no puede acostumbrarse a verlo todo de forma acelerada. La vida, que eso sí va en serio, requiere un tiempo “natural”. "Ante tanto estímulo acelerado, el cerebro 'se aburre' y, si no recibe este tipo de estímulo a esa velocidad, se vuelve más pasivo, ya que no está acostumbrado a estar atento ni concentrado, sino exclusivamente a la recepción de estímulos. Fenómenos como el speedwatching hacen que nos volvamos más primitivos y solo actuamos ante el estímulo-respuesta sin procesamiento de la información", detalla la experta de la UOC. Completamente de acuerdo. Yo veo en las grandes ciudades gente que, aunque llevan todo tipo de dispositivos electrónicos, son cada vez más primitivos y neardentales.
Por otro lado,FALTA DE DESCANSOriesgos derivados de un uso excesivo de la pantalla están relacionados con los malos hábitos, la falta de descanso y horas de sueño insuficientes que pueden derivar en el desarrollo de enfermedades no transmisibles. "Convertir el speedwatching en una norma puede causar graves consecuencias en los grupos sociales más jóvenes, por lo que se debe recurrir a esta técnica de una forma consciente y responsable, evitando su abuso continuado para asegurarse tanto la comprensión de los mensajes como el disfrute del contenido audiovisual", concluye Pérez. Pedirle a niños y adolescentes que hagan un uso prudente de las pantallas, cuando están totalmente subordinados a ellas, no lo veo muy claro. Creo que los que gobiernan al mundo quieren a personas mentalmente decadentes, incapaces de reflexionar el terreno. Están preparando el terreno para un futuro completamente distópico, si es que el presente no lo es ya.
En este aspecto, se debe tener en cuenta que el consumo de vídeo y audio está totalmente vinculado a una pantalla; en concreto, al teléfono móvil o móvil inteligente. Y en el caso de los menores, losPablo Ramos/Pablo Bolaño