Nacida en Asturias en 1988, es la actual directora creativa y CEO de Wanderlove, una marca que ella misma puso en marcha después de pedir una excedencia en Loewe a sus 24 años y emprender un viaje por Asia. Estudió integración social, aunque siempre le ha encantando la moda y la naturaleza. Amante de la música y la buena gente, Natalia dedica su vida a la producción y el diseño sostenible, creando ropa que se aleja de las tendencias consumistas que caracterizan el actual mundo de la moda.

El equipo de Wanderlove y su trabajo durante todos estos años ha permitido que esta marca crezca, creando lazos internacionales con sastres y patronistas de India (también en su mayoría mujeres), alejándose de la explotación, transformando telas recicladas en nuevas prendas y elaborando productos 100% plastic free. Nacida en 2013 fruto de un viaje por Asia, Wanderlove no ha parado de crecer: en 2022 vendió más de 15.000 productos y la comunidad de Wanderlove supera ya los 70.000 seguidores en Instagram, donde han creado un espacio en el que hablar sobre el bienestar, el crecimiento personal y las culturas del mundo.

-¿Por qué decís que Wanderlove es una empresa de textil sostenible?
-Porque en Wanderlove más de la mitad de nuestra colección se hace a partir de telas que ya existen. No generamos más: la moda más sostenible es la que no se hace. Por eso hemos decidido reutilizar tejidos , transformarlos y crear con ellos nuestro propio estilo. Lo que resta son tejidos naturales, yute, cáñamo, lino... Por otro lado, cuidamos mucho el zero waste. Por eso, con lo que nos sobra, hacemos coleteros, discos desmaquillantes, compresas, monederos. 

EN LO SOCIAL
-¿Cómo es vuestra sostenibilidad en el aspecto social?
-Nuestra producción se hace en India, en pequeños talleres, con familias con las que trabajamos desde el principio, hace 10 años. Hay un cariño y una confianza increíbles, en los que no hay tiempos marcados, ni presión en los precios. Todo se hace de manera natural, tranquilamente y con amor. También hay muchas mujeres en el equipo que hace que puedan tener su economía propia: ser libres e independientes en un país en que esto se hace difícil.

-¿Qué certificaciones os avalan en estos aspectos?
-Al ser una empresa pequeña y crecer de manera muy orgánica, durante estos años nos hemos focalizado en la creación de un taller donde poder trabajar con todas las comodidades. Hemos empezado por la práctica. Así que en este año nos centraremos en los certificados de Sostenibilidad.

LA ESPERANZA
-¿Cómo veis el textil sostenible en este momento?
-Difícil, pero hay esperanza. Cada vez se están consiguiendo más fibras de origen natural y con mucha versatilidad. Aunque se utilizan poco. Bajo nuestro punto de vista, la mejor manera de vestir sostenible es pensar a quién compras, consumir con cabeza , con corazón, pasar de modas, y darle la mayor vida posible a las prendas.

-¿Por qué la alimentación ecológica ha aumentado tanto y el textil sostenible va más lento?
-Comer y vestirnos son dos hábitos que hacemos a diario. Pensamos mucho más en lo que comemos que en lo que vestimos, obviamente. Nuestra alimentación es la base de una mayor calidad de vida y queremos cuidarnos de la mejor manera posible. Hace nada hemos aprendido a leer las etiquetas de los alimentos y a diferenciarlos, y ahora toca aprender a saber cómo vestirnos.  La realidad es que, siendo conscientes de cómo nos vestimos, también nos cuidamos y cuidamos al resto de seres vivos. Todos los terrenos en los que se planta algodón, el uso de tintes sintéticos, la energía que se consume, los químicos… afectan a la tierra, al aire, al agua, a todo lo que nos da vida. Es una cadena inseparable.  Por eso necesitamos aprender a diferenciar las prendas que sí entran en nuestro armario. Nosotras lo llamamos moda holística, porque une el cuidado a una misma, a la naturaleza y te hace sentir bien en el lado más emocional. 

OTROS PAÍSES
-¿En qué otros países el textil sostenible va avanzando más rápidamente y por qué?
-Los países del norte de Europa consumen más ropa sostenible, Bélgica, Dinamarca... Supongo que por una parte hay una mayor predisposición económica a la hora de comprar una prenda más elevada de precio. Hay una tendencia por apostar por nuevas marcas, diseñadores... pero en España también se está dando y con mucha fuerza. España es un país que también quiere no perder el tren en ese sentido.

-¿Cómo imagináis vuestra empresa en el futuro?
-Con todas las herramientas posibles para hacerlo cada vez mejor. No hay otro camino.

Carolina Sánchez

MÁS INFO
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