El chef Jesús Segura pretende recuperar en su restaurante Casas Colgadas, en Cuenca, la habilidad de crear conservas con productos de temporada. “Esa metodología debemos ahora aplicarlas a los productos locales y reforzar los modos de conservación que había antes”, ha afirmado el chef a EFEAgro. Un ejemplo: en su cocina, Segura hace bases de almortas (una especie de legumbre) como potenciador de sabor en lugar de la salsa de soja importada. Congelar también es otra buena manera de tener productos ecológicos y locales a buen precio fuera de las temporadas de gran producción y precios más baratos.

Siguen siendo tiempo de notable inflación. Los precios son caros y los bolsillos están exhaustos. Se impone evitar todo tipo de desperdicio. Y, al mismo tiempo, se impone ahorrar lo posible. Si compramos los productos en la temporada que les pertoca, siempre serán más baratos. Entonces, podemos optar por las conservas y/o la congelación. Y así disponer de ellos durante todo el año… al precio de la temporada.

LAS CONSERVAS
Las conservas son productos envasados herméticamente, que han sido sometidos a procesos de esterilización industrial o doméstica para lograr una conservación a temperatura ambiente por un período prolongado. Las conservas caseras pueden permitirte tener productos ecológicos a buen precio durante todo el año. Tanto si los produces en tu propio huerto como si los compras a los productores, hacer conservas puede permitirte que tengas productos clásicos del verano o de cualquier momento del año, como el tomate o la berenjena, la calabaza o el caqui, durante meses y meses. Legumbres, hortalizas, frutas… Estos alimentos, sometidos a una técnica que consiste en aplicar una alta temperatura durante el tiempo suficiente, se pueden conservar hasta 5 años porque en el proceso todos los microorganismos del interior del bote mueren. Es decir, que puedes tener alimentos de proximidad y ecológicos al precio que se venden en la temporada. Es una forma de ahorro.

LA CONGELACIÓN
Para congelar y mantener frutas y verduras en casa, el freezer adecuado es el de cuatro estrellas, que congela los alimentos a -18°C o menos (dentro de las 24 horas) y almacena los alimentos a la misma temperatura. En el caso de las frutas, no se sugiere congelar la palta. Con respecto a las verduras, no se recomienda congelar la lechuga, el pepino y todas aquellas verduras que se quieran consumir crudas (en ensaladas). Esto se debe principalmente a la pérdida de textura que se produce al descongelarlas para su consumo. Luego, cada fruta, por ejemplo, tiene su técnica. En el caso de la pera, hay que pelar, quitar el corazón y semillas, dividir por la mitad o en cuartos, rociar con jugo de limón, escurrir bien, envasar en un recipiente rígido y cubrir con almíbar. En el caso de la berenjena, hay que pelarla, cortarla en rodajas gruesas y sumergirla en agua hirviendo con jugo de limón antes de introducirla en el congelador.

Redacción