
ONG’S/Unión contra los plaguicidas
29 de junio de 2025
ALIMENTACIÓN ECOLÓGICA EN VERANO/Más fruta y verduras de temporada
29 de junio de 2025DESPERDICIO ALIMENTARIO
Cada año tiramos a la basura 20 millones de toneladas de alimentos
El modelo alimentario español es ineficaz, no saludable y despilfarrador. Los datos sobre desperdicio de alimentos son demoledores. Producimos alimentos que nos enferman y destruyen el medio ambiente y, además, los tiramos. Es de locos… Se impone una transición urgente a la agroecología y la relocalización eco-nómica.
Estos son datos de Greenpeace: “En España se desperdician cada año 20 millones de toneladas de alimentos, lo que equivale a 33 kilos por persona al año. Se pierde una cuarta parte de los alimentos destinados al consumo humano. El mayor volumen se da en los hogares (1,3 millones de toneladas), seguido de la industria alimentaria (389 mil toneladas). Además, el sistema actual, desde la postcosecha hasta la distribución, es responsable de casi un tercio del total desperdiciado. En términos calóricos, el 27% de la energía alimentaria se pierde, y solo el 69% acaba siendo consumida”. Los datos de la citada ONG son veraces y, en cierto modo, descorazonadores: “Por otro lado, el desperdicio alimentario representa el 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero del consumo en España (21,4 Mt de CO₂eq). El sistema alimentario español, además, es especialmente vulnerable a la escasez de agua, un recurso cada vez más amenazado por el cambio climático. Una estimación* muy conservadora de Greenpeace, basada en los datos de desperdicio de carne de cerdo, apunta a que cada año se sacrificarían alrededor de 190.000 cerdos para que terminen en el contenedor de la basura. Tratándose de seres vivos, esta cifra muestra bien la perversidad del modelo industrial, en el que prima la producción de carne barata. Y en el dato no se tienen en consideración todos los animales que mueren incluso antes de llegar al matadero y que pierden la vida en los camiones de transporte o terminan en los contenedores que se encuentran en la puerta de las macrogranjas”.
TIRAR COMIDA ES TIRAR ENERGÍA Y RECURSOS
“Tirar comida es tirar agua, energía y trabajo. Prácticas como la pica de plátanos en Canarias lo demuestran: toneladas de alimentos se eliminan por la sobreproducción para ‘regular el mercado’. Y, mientras, los agricultores siguen sin recibir un precio justo. Es necesario que la cadena alimentaria, responsable de un tercio de las pérdidas, reduzca drásticamente el desperdicio y que prácticas así, insostenibles, injustas e institucionalizadas, se eliminen de inmediato”, denuncia Helena Moreno, coordinadora de la campaña de sistemas alimentarios sostenibles de Greenpeace España. “La nueva ley contra el desperdicio alimentario no obliga al Ministerio de Agricultura a medir cuánta comida se tira en cada etapa de la cadena. Sin datos, no se puede actuar con eficacia. Se exige responsabilidad a la ciudadanía, pero, cuando llega el turno de las grandes cadenas o del propio ministerio, se introducen excepciones y se redactan leyes vagas”.
¿HAY SOLUCIÓN?
Sí, desde luego. Pero las soluciones que necesitamos no pueden recaer sólo en la concienciación ciudadana. Obviamente, son necesarias campañas masivas de concienciación en los medios públicos, en las escuelas, etc. Pero eso sólo no es suficiente. Porque el sistema es el problema en sí. Hay que reformar todo el modelo agroalimentario hacia la agroecología y la relocalización. Hay que consumir el alimento cerca de su producción, en cadenas cortas. Hacen falta legislaciones valientes que premien a los productores agroecológicos y que penalicen a los que contaminan, desperdician y despilfarran. La compra pública no puede dedicarse a legitimar este modelo industrial cansino y enloquecido, sino que tiene que priorizar a los pequeños productores agroecológicos y locales en pos de un cambio radical de sistema alimentario. Si seguimos así, además, perderemos toda nuestra soberanía alimentaria y la dejaremos en muy pocas manos de grandes empresas sin escrúpulos y sin limitaciones legales ni éticas. En las antiguas tradiciones, el alimento era consumido con un sentido de la gratitud inconmensurable. Desde el momento en que el ser humano dejó de dar gracias ante de comer por el alimento que iba a consumir… todo es posible.
Pablo Bolaño