La alta inflación en los precios del sector alimentario le está poniendo las cosas difíciles al mundo “bio” en 2022/2023. El consumidor busca ofertas, marcas blancas, rebajas… Una forma de vadear la inflación es comprar directamente al elaborador. Ven a BioCultura A Coruña a comprar a los productores y consigue precios más asequibles para tu cesta de la compra.

El que come bien tiene salud, y el que tiene salud lo tiene todo…
Refranero español

Según un estudio publicado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la alta inflación que se vive en el sector alimentario ha afectado negativamente al sector ecológico durante 2022 y en este principio de 2023. Según el estudio “Connecting with eco-conscious consumers”, el 66% de los encuestados quisiera tener un consumo más ecológico, pero el bolsillo no se lo permite. El estudio corrobora algo que ya hemos comentado aquí mismo en otros artículos: la alta inflación está haciendo que los consumidores ecológicos estén haciendo todo lo posible para seguir consumiendo “bio”, pero se nota que buscan marcas más asequibles, marcas blancas, productos más humildes (garbanzos, lentejas…), ofertas, rebajas, precios competitivos en grandes superficies, comprar directamente al consumidor… En este sentido, se vuelven a ver carros de la compra en ferias como BioCultura y en mercados semanales de todo el estado. Una forma de obtener precios más prudentes es comprar directamente al elaborador y evitar intermediarios.

MIGRACIÓN DEL CONSUMO
La producción de alimentos ecológicos en España sigue creciendo. Quizás no a un ritmo tan acelerado como hace un par de años, antes de la pandemia, pero sigue expandiéndose. Cada vez son más las hectáreas dedicadas a la producción “bio”. En los últimos años, España había aprobado una asignatura pendiente: el consumo interno de alimentos ecológicos. Habíamos ingresado en el ranking internacional dentro del Top Ten, aunque en el último lugar. Ya estábamos entre los 10 primeros, junto con Dinamarca, Alemania, etc. Sin embargo, parece que la expansión del consumo interno se está frenando. Y no solo eso. Se frena y, también, se desplaza hacia otros espacios… La alta inflación ha provocado que al consumidor le cueste llegar a final de mes. Por ello, con los precios tan altos en la alimentación, algunos consumidores han comenzado a serle infieles al sector “eco”. Pero los más concienciados siguen siendo muy fieles. Según Juan Carlos Moreno, director técnico de BioCultura, “una forma de acceder a precios más asequibles es adquirir directamente nuestra cesta de la compra a los productores ecológicos. De esta forma, obtendremos precios más prudentes, más competitivos, y estaremos beneficiando a los que realmente están trabajando por el bien de la Humanidad y de la Naturaleza. En BioCultura Madrid, por ejemplo, se vieron muchos carritos de la compra, en noviembre. Y eso es algo que, seguro, se va a volver a repetir en BioCultura A Coruña, donde, además, van a exponer muchos pequeños productores gallegos que nos traen unos manjares orgánicos exquisitos”.

“CAMBIO DE TENDENCIA” EN LA INFLACIÓN
Tras presidir la reunión del Observatorio de la Cadena Alimentaria durante más de dos horas y media, recientemente, Planas afirmó en una rueda de prensa, de la que se han hecho eco los medios, que se prevé un “cambio de tendencia” en la evolución de los precios de la alimentación. “Solicito a todos los agentes de la cadena que pongan de su parte un esfuerzo para conseguir que la evolución positiva prevista de los costes de producción agroalimentaria tenga un reflejo también en los precios pagados por los consumidores”, resaltó asimismo Planas. El ministro destacó la “voluntad decidida” del Gobierno de España de hacer cuanto esté en su mano “para apoyar la rentabilidad de los sectores productivos y la industria alimentaria para que se moderen los precios del sector agroalimentario”. Planas reiteró su compromiso con las familias, los ciudadanos y los sectores más vulnerables. Y recordó que el Gobierno ha destinado más de 1.800 millones de euros para apoyar al sector primario, además de tomar medidas fiscales, reforzar el seguro agrario, subvencionar los fertilizantes, repartir un bono de 200 euros y rebajar el IVA. Pero esas medidas todavía no han acabado de dar sus frutos. La alta inflación sigue afectando negativamente al sector “bio”. Al menos, a través de los canales habituales de compra. Por ello, no pocos consumidores buscan alternativas para seguir comprando “eco” a precios no disparados.

“RETAIL TRENDS 2023”
Según el barómetro “Retail Trends 2023”, que ha realizado Aecoc Knowledge, se expone que seis de cada diez consumidores afirma que lo más importante es poder comprar lo más barato posible. Para la responsable de desarrollo comercial de Aecoc Retail Knowledge, Natalia Marcó, “el precio condiciona actualmente las decisiones de compra y los consumidores responden ante productos y servicios posicionados en ahorro”. Sin embargo, “también se observa otro espectro del público en el que la calidad, la salud y la sostenibilidad se mantienen como motivaciones para gastar un poco más, en un contexto en el que suben levemente las ventas premium”, señala Marcó. La experta se refiere a esos consumidores que son conscientes y responsables y que siguen mimando su salud y la del planeta a pesar de la situación de crisis y caos global. Para Ángeles Parra, directora de BioCultura, “son esos consumidores los que siguen apostando por el mundo orgánico y seguirán haciéndolo pase lo que pase. Eso sí, buscan alternativas que les permitan llegar a final de mes. En ese sentido, cabe destacar que, al principio de BioCultura, la gente venía mucho a comprar a la feria, porque no encontraba esos productos en el mercado. En los últimos años, el público de BioCultura no compraba tanto porque ya encontraba esos productos en comercios cerca de casa. Pero ha vuelto esa tendencia de comprar lo máximo posible al productor directamente. En ferias como BioCultura... En fincas, en mercados semanales… Volvemos a los principios de nuestro activismo. Todo se mueve. Si está ocurriendo, por algo será…”.

Pablo Bolaño