Dani Amella Villarán (Castellterçol, 1975) es el fundador y CEO de Casa Amella, empresa familiar catalana dedicada a la elaboración de alimentos ecológicos y 100% vegetales. Licenciado en Empresariales, se define como un emprendedor apasionado por el mundo “bio”, su familia —especialmente sus hijas—, la lectura y la bicicleta. Desde los 14 años trabajó como ayudante de paleta en la empresa de su padre, una experiencia que le inculcó valores como el sacrificio y la humildad. Casa Amella estará en BioCultura BCN 2025 presentando su producción y sus novedades.

-¿Qué te inspiró a fundar este proyecto y cómo recuerdas los primeros días de la empresa?
-Casa Amella nace del deseo de cuidar de las personas a través de la alimentación, ofreciendo productos sanos, ecológicos y con materia prima local. La inspiración vino de ver cómo los alimentos procesados dominaban en los supermercados y de cómo de difícil era encontrar opciones limpias, transparentes y de confianza. Los primeros días fueron apasionantes y plenos de retos. Emprendí con 27 años y mucha ilusión en el garaje de mis tíos en Castellterçol, en mi pueblo. A los pocos meses parte de mi familia se sumó al proyecto y nos trasladamos a una nave en Moià. Aquí sólo estuvimos 4 años, puesto que, gracias al crecimiento que íbamos teniendo, acabamos necesitando unas instalaciones más grandes; y así fue cómo adquirimos tres naves en la población de Artés (Bages) de unos 2.000m2. Continuamos pero elaborando con la misma conciencia, de manera artesanal, y con una visión muy clara: transformar la alimentación desde la proximidad, la ecología y el respeto por el planeta. Recordamos aquella época con mucha ilusión, aprendiendo paso a paso, escuchando mucho nuestros clientes y con un compromiso que sigue vivo hoy.

LA TRADICIÓN
-¿Cómo mantiene Casa Amella la tradición de la cocina casera transmitida por tu madre y tu abuela de Dani?
-En Casa Amella cocinamos como antes, tal como lo hacían mi madre y mi abuela: con paciencia, respeto por los ingredientes y mucho amor. Recuperamos la esencia de la cocina casera con recetas sencillas pero llenas de sabor, donde cada ingrediente tiene un papel importante y no se pone nada que no haga falta. Por ejemplo, nuestra crema de calabaza sólo contiene: calabaza, agua de cocción, aceite de oliva virgen extra y sal marina. No añadimos cebolla ni ajo para conseguir que sean más digestivas y aptas para todo el mundo. Nuestros clientes nos lo agradecen mucho. No utilizamos aditivos, ni conservantes, ni nada que no encontrarías en casa. Priorizamos los procesos manuales, la cocción suave al vapor, que respeta la materia prima y la esterilización natural. Es la manera que tenemos de honrar aquella cocina de siempre y, a la vez, hacerla llegar a todo el mundo en formato práctico y saludable.

PRODUCTORES LOCALES
-¿Qué importancia tiene para Casa Amella trabajar con productores locales y mantener una relación próxima con el territorio?
-Para Casa Amella, trabajar con productores locales es esencial para construir un modelo alimentario más justo, sostenible y arraigado en el territorio. Priorizamos ingredientes de proximidad y colaboramos con agricultores que comparten nuestros valores de respeto por la tierra, la calidad y la ecología. Ellos plantan la semilla de nuestros productos. Esta conexión nos permite garantizar el origen de los ingredientes, reducir la huella ambiental y apoyar a la economía local. Es una manera de hacer las cosas con sentido, cuidando LO que comemos y el lugar de donde proviene.

LA DIFERENCIA
-¿Qué aspectos del proceso de producción querrías destacar para que los consumidores comprendan la diferencia con otros productos más industriales o comercializados a gran escala?
-Nuestras instalaciones están pensadas para cuidar cada detalle del proceso como si cocináramos en casa, y esto marca una gran diferencia. Trabajamos con ingredientes ecológicos, locales y de temporada, sin añadidos ni procesamientos innecesarios. No utilizamos aditivos, ni conservantes, ni ningún ingrediente que no sea imprescindible. Las cocciones son lentas y respetuosas: cocinamos em nuestro obrador 100% ecológico; y recientemente hemos conseguido la certificación sin gluten otorgada por la Asociación de Celiacos de Cataluña. Somos los primeros productores en elaborar una lenteja pardina certificada sin gluten por la citada entidad y estamos muy orgullosos porque desde el campo hasta el obrador aseguramos la ausencia mediante analíticas elaboradas por un laboratorio externo. También nos diferenciamos de la industria a gran escala porque elaboramos en pequeñas cantidades, para garantizar siempre la frescura y la calidad del producto. Todo se hace de forma suave y natural, para preservar las propiedades nutricionales y el sabor real de cada alimento. Es una producción consciente, que prioriza la salud, la sostenibilidad y la transparencia.

UN MOMENTO CLAVE
-¿Cuáles son los retos y oportunidades principales para la agricultura tradicional hoy en día?
-La agricultura tradicional ECOLÓGICA vive un momento clave. Por un lado, se enfrenta a retos importantes como el relevo generacional, la presión de los grandes mercados, el aumento de costes y el impacto del cambio climático. Es un sector que a menudo trabaja en silencio y con muchas dificultades, pero que es esencial para la soberanía alimentaria y la salud del territorio. Por otro lado, hay una gran oportunidad: la creciente demanda de productos ecológicos, locales y trazables. Cada vez más personas quieren saber qué comen y de dónde viene lo que ponen en el plato. Esto abre la puerta a poner en valor el saber hacer de los agricultores, a recuperar variedades autóctonas y a apostar por modelos más sostenibles y ecológicos. En Casa Amella creemos que la agricultura ecológica puede ser protagonista de este nuevo futuro alimentario.

UN CONSEJO
-¿Qué consejo darían a los consumidores que buscan llevar una dieta más saludable con productos locales y de temporada?
-Nuestro consejo es empezar por lo esencial: volver a comer como antes, con alimentos sencillos, reales y de proximidad. Apostar por productos locales y de temporada no solo es más saludable, sino que también es más sostenible y sabroso.
Miráis las etiquetas, escogéis productos con pocos ingredientes y reconocibles, y confiáis en marcas comprometidas con la tierra y las personas. No hay que hacerlo todo de golpe: pequeños cambios pueden tener un gran impacto. Y sobre todo, disfrutáis de la comida porque cuidarse también es un placer.

BIOCULTURA BCN 2025
-¿Qué importancia tiene para Casa Amella participar en BioCultura 2025?
-Participar en BioCultura 2025 nos aporta:
1. Visibilidad y reconocimiento de marca: BioCultura es una feria muy importante del sector de la alimentación ecológica y sostenible, nos ayuda a aumentar la visibilidad entre el público que valora la sostenibilidad, la proximidad y la ecología.
2. Networking y colaboraciones: La feria es un punto de encuentro para profesionales de la industria, desde proveedores hasta distribuidores y posibles socios. Estar presente permite establecer conexiones que pueden favorecer nuevas colaboraciones o abrir puertas en mercados más amplios.
3. Ampliar la base de clientes: Captar nuevos clientes y fidelizarlos.
4. Feedback directo de los consumidores: La feria ofrece la oportunidad de recibir feedback directo de los consumidores sobre los productos: nos va muy bien para conocer opiniones en tiempo real y conocer sus necesidades.

Maddi Sánchez